Después del uso, se debe separar en la fuente como residuos no peligrosos reciclables o como residuos peligrosos infecciosos o de riesgo, dependiendo de su composición y de su uso, para luego desechar de acuerdo con la normatividad legal vigente de cada país y sus localidades.
La disposición se hace de acuerdo a lo que recomiende la autoridad competente.