Actualizado octubre 21 – 2025
Revisado febrero 13 – 2023
Publicado agosto 12 – 2020
Guía 2026:
cómo elegir batas de aislamiento
para máxima protección
Tiempo de lectura:
10 min
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo de contraer infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS) está presente en todos los sistemas de salud del mundo, llegando a afectar a hasta 15 de cada 100 pacientes en países de ingresos bajos y medios. En promedio, uno de cada diez pacientes afectados por una IAAS fallece a causa de ella.
Por eso, el control de infecciones en entornos sanitarios es una prioridad global.
El personal sanitario, en su interacción diaria con múltiples pacientes, superficies y equipos, sin la protección adecuada puede actuar involuntariamente como un canal de propagación de los microorganismos presentes en el entorno. Los microrganismos se adhieren a las telas de la ropa y, posteriormente, pueden liberarse y trasladarse a otros pacientes o zonas, continuando la cadena de transmisión.
En este contexto, las batas de aislamiento son una barrera física esencial, para proteger al profesional de la salud y como base esencial en la seguridad del paciente. Después de los guantes, las batas son el elemento de protección personal (EPP) de más uso en el sector salud a nivel mundial.
Cuando usar batas de aislamiento
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan el uso de una bata «adecuada para cada tarea, para proteger la piel y evitar la suciedad o la contaminación de la ropa durante los procedimientos y las actividades de cuidado del paciente cuando se anticipa el contacto con sangre, fluidos corporales, secreciones o excreciones.»[1]
Las batas de aislamiento están indicadas siempre que exista un riesgo de exposición a un agente infeccioso con el fin de interrumpir la cadena de transmisión. Profesionales y visitantes deben utilizarlas en estos escenarios:
Áreas críticas que requieren uso de batas de aislamiento
La utilización de batas de aislamiento es fundamental en áreas de alto riesgo como:
Al utilizar la bata de aislamiento se creará una barrera segura para evitar la contaminación del resto de su ropa y el profesional trabajará más seguro. Así mismo, cuando termina la consulta, el tratamiento o el procedimiento y se retira y desecha la bata, se reducirá el riesgo de contaminación cruzada.
Características ideales de una bata de aislamiento
Al evaluar las batas disponibles en el mercado, es fundamental verificar que cumplan con las siguientes características técnicas y de uso:
Ser efectivas
como barreras:
la bata debe aislar y proteger al usuario.
Ser repelentes a virus, bacterias, polvo, partículas, escamas de piel o microrganismos:
en procedimientos de bajo nivel de fluidos, los líquidos que contienen los agentes infecciosos deben resbalar por el material de la bata, sin impregnarla.
Garantizar
la impermeabilidad:
en algunas tareas es necesario evitar que los líquidos traspasen la bata y lleguen a la ropa y la piel del usuario porque los agentes infecciosos pueden encontrar una pequeña herida en la piel que sirva de alojamiento y provoquen una infección.
Permitir la movilidad
y actividad del usuario:
un diseño que permita la movilidad y la actividad sin restricciones mejora la concentración y la eficiencia del profesional.
Ser fáciles
de poner y quitar:
un buen diseño disminuye el riesgo de contaminación al considerar todos los momentos de uso.
Tener amarres
y cierres seguros:
estos elementos deben ayudar a mantener el nivel de protección.
Ser resistentes, no rasgarse
ni desprender motas:
las motas, hilos y partículas que salen de las batas son vehículos muy útiles para los microorganismos.
Ser de baja
inflamabilidad:
este requisito es necesario porque hay procedimientos que suponen riesgos de quemaduras.
Inoloras:
el olor puede indicar que la tela ha sido tratada con colorantes o está contaminada con otra sustancia, no recomendable para entrar en contacto con pacientes.
Permitir fácil
almacenamiento:
la disponibilidad es ideal para permitir una rápida atención.
Fácil de gestionar
como residuo:
analiza el costo de transporte, gasto de agua y energía y gestión de residuos. Las batas de aislamiento, overoles y delantales de uso único deberán separarse en la fuente como residuos peligrosos infecciosos o de riesgo, para luego desecharlos de acuerdo con la normatividad legal vigente de cada región.
Ser costo-efectivas:
la sostenibilidad económica es necesaria en todo sistema de salud. El análisis económico debe ser integral, incluyendo no solo el precio del producto, sino también los costos asociados al uso y la gestión de infecciones.
Qué tipos de batas de aislamiento se recomiendan usar
A mayor volumen de fluidos, mayor necesidad de protección
A mayor tiempo, mayor necesidad de protección
Con estos dos criterios en mente es más fácil elegir si el material de la bata debe ser repelente o impermeable; si debe tener o no refuerzos en ciertas zonas, por ejemplo, los puños, el abdomen y el pecho, donde diversos estudios han encontrado más posibilidades de fugas de fluidos corporales; si es necesario una máxima cobertura, de la cabeza a los pies, o simplemente cubrir desde el cuello hasta las rodillas.
Veamos estas diferencias:
Batas, overoles y delantales para aislamiento
Bata de aislamiento sin refuerzo
Ideal para UCE, visitas en zonas de aislamiento de bajo riesgo, atención básica en urgencias sin fluidos y pacientes aislados.
Bata de aislamiento con refuerzos en zonas críticas
Ideal para el personal en contacto con pacientes con dispositivos invasivos, líquidos de precaución universal y/o sustancias peligrosas.
Bata quirúrgica no estéril
Ideal para el manejo de emergencias de brotes, epidemias y pandemias por enfermedades infecciosas, en urgencias y zonas de aislamiento.
Overol de aislamiento
Ideal para la atención médica de enfermedades infecciosas y procedimientos de aislamiento de cualquier persona en contacto con los pacientes aislados e inmunodeprimidos.
Delantal impermeable
Ideal para refuerzo de protección en momentos de abundantes líquidos y curaciones de quemaduras. Recomendado para la limpieza y desinfección de áreas limpias, centrales de esterilización, urgencias y zonas de aislamiento.
El material de las batas de aislamiento
La elección del material es crucial para determinar el desempeño de la bata de aislamiento.
Se ha evidenciado que ciertos materiales ofrecen una barrera superior y por lo tanto puede esperarse una mayor protección.
Los materiales más comunes son:
Las batas de aislamiento en materiales no tejidos como el polipropileno (SMS – Spunbond Meltblown Spunbond) es una de las opciones más equilibradas. Las fibras están dispuestas de forma aleatoria y compacta, creando poros muy pequeños que dificultan el paso de líquidos y partículas. A la base ligera y repelente a la humedad del polipropileno se le añade una capa de filtración interna que bloquea eficazmente bacterias y virus. Para incrementar aún más la protección, es posible agregar recubrimientos de polietileno.
Las batas fabricadas completamente de polietileno o polietileno clorado son ideales para entornos de alto riesgo que demandan una impermeabilidad superior. Estas batas ofrecen una barrera plástica robusta contra líquidos y contaminantes peligrosos.
Estos materiales ofrecen una barrera más consistente y fiable. Son la opción preferida en la mayoría de las guías clínicas modernas.
Selcen Kilinc, PhD, afirma que «físicamente, la longitud y la superficie de la fibra son críticas para las propiedades de barrera de la tela. Las fibras con superficies irregulares / secciones transversales y de longitud más corta son más efectivas para prevenir la transmisión de partículas.»[2].
En Colombia, el Manual de medidas básicas para el control de infecciones en IPS (2017), indica que «Durante el contacto con los pacientes, las batas son contaminadas por microorganismos multirresistentes hospitalarios, especialmente en la región abdominal. Debido a este riesgo de contaminación, la bata debería ser de un sólo uso.»[3]
En Estados Unidos y algunos países europeos los profesionales médicos prefieren el uso de las batas de aislamiento de uso único. En Latinoamérica, las instituciones han venido tomando conciencia de la importancia de utilizar las batas de uso único para la prevención y control de infecciones y obtener así mejores resultados clínicos, laborales y económicos.
Las batas reutilizables hechas en telas de algodón y poliéster o una mezcla de ambos pueden no ofrecer una protección completa contra fluidos corporales y no son ideales para procedimientos de alto riesgo donde se espere exposición a sangre o líquidos en gran cantidad, porque permiten el paso de los líquidos y por lo tanto son mejores transmisores de contaminantes. Aunque pueden ser tratadas con químicos para mejorar la repelencia, esta propiedad se degrada con cada ciclo de lavado.
Conclusión
Las batas de aislamiento protegen al personal sanitario y a los pacientes de las infecciones asociadas a la atención sanitaria al ofrecer una barrera adecuada que impide la contaminación y continuación de la cadena de transmisión. Las batas de uso único son las más utilizadas para este fin porque por sus características repelen o impiden que los líquidos traspasen el material ensuciando la ropa y la piel del profesional. Además, porque al desecharse luego de la atención al paciente o al terminar la tarea, disminuye el riesgo de que los agentes infecciosos encuentren un nuevo huésped.
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Por Katy Schuth B. – Redactora








