Cómo actuar frente a la pandemia del coronavirus
Imagina esta situación: hoy, muy temprano, Juan salió, como siempre, a trotar. En el trayecto, es su costumbre, entra a una tienda y compra agua. Luego, sube a saludar a sus padres. Corre de regreso y compra pan para el desayuno. Besa a sus hijos. Toma el bus para ir al trabajo. Al llegar, saluda a todos con su conocido doble apretón de manos. Prueba el café de una compañera de trabajo y en la tarde, asiste a una capacitación con otros 35 compañeros. Después de escuchar las noticias, va con su pareja al supermercado. Al día siguiente, empieza a toser. Los exámenes muestran que está infectado con coronavirus.
Ahora, Juan tendrá que hacer memoria. ¿Con cuántas personas ha tenido contacto en las dos últimas semanas? ¿Cuántas están enfermas? ¿A cuántas contaminó?
Esos datos son cruciales.
La información recogida a la fecha por las organizaciones de salud, epidemiólogos y virólogos han permitido establecer los patrones del comportamiento del virus COVID19 muy rápidamente. Aunque la información puede cambiar en la medida en que avance y decrezca la infección, hoy podemos hablar de tres realidades:
La evidencia
Según los investigadores, el vector de contagio del coronavirus se ha estimado entre 1.5 y 2.5. Es decir, cada persona puede infectar en promedio a dos más. Esas dos personas, podrían infectar cada una a otras dos y así sucesivamente.
Las muertes por coronavirus se han estimado entre el 0.1% al 5% de los pacientes reportados.
Sin embargo, al estudiar los datos de algunas ciudades, como Seattle en los Estados Unidos, la alarma creció: la tasa de mortalidad aumentó dramáticamente (en Seatlle se ubicó en el 33% de las personas diagnosticadas con el virus). ¿Se volvió más agresiva la enfermedad?
La respuesta es no.
La realidad es esta: en Seatlle muchas personas estaban contagiadas y no lo sabían. No tenían síntomas. Estaban llevando una vida normal. Mientras tanto, contaminaron a muchas más personas. Cuando los hospitales recibieron a los pacientes, y se recogió la información epidemiológica, la enfermedad ya había avanzado sin que hubiera sido detectada.
Ese es el gran peligro de la enfermedad al cual nos enfrentamos hoy en el mundo. El coronavirus tiene la capacidad de propagarse antes de que las personas empiecen a toser o a tener fiebre alta.
¿Tiene sentido aislar a las personas?
Supongamos que en una ciudad de tres millones de habitantes se detecta el Covid19. ¿Qué puede pasar?
En grandes metrópolis, ciudades intermedias o pequeñas poblaciones la situación será la misma. El virus llegará en cualquier momento. Se pueden presentar estos dos escenarios.
Qué puedes hacer
Las medidas que distintos países han tomado hasta hoy, nos permiten tener claridad sobre sus efectos. Hasta la fecha, los consolidados permiten observar, por ejemplo:
Nuestro rol como ciudadanos ante la pandemia del coronavirus es de héroes y heroínas silenciosos. En la medida en que logremos que la enfermedad no se propague rápidamente en poco tiempo, permitiremos que los pacientes infectados sean atendidos oportunamente en los hospitales y centros del salud. Podremos interrumpir la propagación de la enfermedad lavándonos las manos con frecuencia, tomando conciencia de no tocarnos la cara y disminuyendo el contacto con muchas personas.
Por Katy Schuth B. – Redactora