¿Celebramos el Día de la Enfermería 2020?
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¿Te imaginas un mundo sin personal de enfermería?
Realmente, es difícil de imaginar. Estamos acostumbrados a la presencia de enfermeros, auxiliares y jefes. Reconocemos un uniforme de enfermería desde lejos. Están cerca de nosotros. Sabemos dónde trabajan. Posiblemente, hemos estado bajo sus cuidados.
El personal de enfermería ha estado activo desde hace 200 años. Comenzaron en la guerra y siguen batallando. ¿Resultados? El mundo ha cambiado gracias a su trabajo. Tenemos menos problemas con las madres gestantes y los bebés al nacer, con los niños sin vacunar, con las infecciones derivadas del mal lavado de manos o el uso de agua no potable, con muchos menos pacientes hospitalizados porque están siendo atendidos profesionalmente en sus casas, con menos afectados por enfermedades crónicas abandonando sus tratamientos porque no los entienden, con menos infectados de SIDA y de otras infecciones, incluso, con menos duelos después de una catástrofe natural.
Sí, un mundo sin el personal de enfermería estaría más desprotegido.
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El tesoro del personal de enfermería
Las tareas del personal de enfermería en el mundo trascienden la medicina. Su trabajo tiene que ver con la educación en salud, la promoción de la salud, la prevención de enfermedades. Para poder hacer este trabajo tienen -y ese es su fundamento- que establecer una relación de confianza con los pacientes y la comunidad en la que intervienen. Confianza que se obtiene por el brillo de su llama interna. Su vocación. Por eso la dosis de capacidad de servicio siempre será superior a lo requerido en conocimientos científicos y técnicos.
Esa es la diferencia, esa es la verdadera esencia del trabajo de enfermería, su gran tesoro, que reparten a otros.
En el trato con los pacientes, el personal de enfermería descubre cómo gestionar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las comunidades.
Escucha, aprende de su cultura, sus creencias. Observa. Aborda al paciente desde lo físico, pero también desde lo espiritual y lo social. Enseña.
Acompaña. Entiende. El efecto que tiene sobre un solo paciente se multiplica en muchos otros.
Hay palabras que relacionamos con enfermería. Inyecciones, cofias, gasas, curaciones. Pero esas no son las importantes. Estas son las que definen realmente el trabajo del personal de enfermería y suenan a bienestar, a humanización:
- Comprensión
- Dignidad
- Respeto
- Confianza
- Esperanza
- Cuidado
- Protección
Podríamos adicionar esta: inspiradores de progreso.
Porque la experiencia en muchos países es que más profesionales en enfermería equivale a más salud. Ese es justamente el sueño de muchos: lograr que los servicios sanitarios sean posibles para todos.
El reto para el personal de enfermería es hacer las cosas bien, cada día, cada hora, cada minuto, para que los pacientes sientan que están atendidos, que no hay errores, que se hace lo mejor para su salud física y emocional. Percibir el agradecimiento del paciente es lo que hace valioso un día de trabajo.
Héroes y heroínas
¿Estaría Florence Nightingale orgullosa de ser tratada como heroína? Probablemente hubiera pensado que, en medio de las grandes dificultades de la guerra, la precariedad de los servicios médicos, los dolores de los soldados, el mérito de héroe debería ser para ellos. Pero, quizás, al leer algún cuento antes de dormir, se diera cuenta de que ella también lo era.
Hoy, en el mundo sucede algo extraordinario.
La pandemia del COVID-19 ha destapado a los nuevos héroes y heroínas de la humanidad. Cada noche, se escuchan aplausos, pitos, himnos, canciones para celebrar el trabajo de los profesionales de la salud, reconocido como heroico, porque son quienes están en primera línea ante el coronavirus.
Algunos lloran de emoción cuando escuchan la ovación. Otros se cuestionan.
Hasta hace unos meses, el mundo sabía de las dificultades de los sistemas de salud. Los gobernantes, administradores de la salud, el personal sanitario y los pacientes veíamos la radiografía. Ahora, esos quebrantos están bien expuestos, como por una resonancia magnética. Faltan equipos de protección personal en las instituciones, ayudas diagnósticas, medicamentos, dispositivos médicos. No llegan a tiempo los recursos financieros. No hay servicios sanitarios en muchas poblaciones. Se trabaja en turnos largos y las condiciones laborales podrían ser mejores.
Pero, qué héroe no tiene problemas.
Estas dificultades incrementan el valor de los profesionales de la salud, porque trabajar cada día es una declaración del principio que los mueve, un testimonio del amor por lo que hacen. Y, en el caso del personal de enfermería, es claro que su trabajo es arriesgado. ¿Sienten miedo? ¡Claro! Al comenzar la jornada, justo en la puerta de entrada es el momento de respirar hondo, de persignarse o simplemente contar uno, dos, tres antes de zambullirse en las tareas. Durante el turno se mezclan las buenas noticias con los gestos de dolor de pacientes y familiares. Al salir, el temor de entrar en la casa y contagiar a alguien. Tiemblan y, aun así, actúan. Avanzan, no son indiferentes, están presentes. Eso es coraje, valentía. Por eso, sí, son héroes y heroínas.
Celebrar el Día de la Enfermería en medio de la pandemia
El Día de la Enfermería 2020 será recordado como una fecha especial para muchos. ¿Celebrar en medio de la pandemia por el COVID-19? Seguro no habrá fiesta, pero sí una certeza para alegrarse: han sido protagonistas de uno de los eventos históricos de la era posmoderna, han estado ayudando en un problema complejo para la humanidad. Su trabajo es lo que nos advierte sobre la prioridad que debería tener el sector de la salud en todos los países.
¿Un buen regalo?
Un momento de espejo para verse mientras se visten con el uniforme de protección personal. Unos segundos más para reconocerse como uno de los profesionales más importantes del mundo, para recordar la gracia de tener el don de servicio y los gestos de agradecimiento de los pacientes. Mirarse y sentir que es cierto.
Unos segundos más para ponerse la mano en el corazón.
Hacer de nuevo el juramento.
Unos segundos más para fijar en su vida este sentir. Dejar que se note. Que salte la llama en los ojos.
Tal vez sea un día difícil, pero trabajado con amor, no será un día inútil.
Por Katy Schuth B. – Redactora