Escasez de dispositivos médicos por pandemia
Las empresas productoras de dispositivos e insumos médicos en Latinoamérica han hecho cambios para abastecer el mercado durante la pandemia. ¿Qué hacer?
La pandemia por SARS Cov-2 ha sido un reto para las empresas fabricantes del ecosistema salud. Han tenido que buscar nuevos proveedores en diferentes países, encontrar alternativas diferentes y sustitutos en materias primas para la producción de sus productos, acostumbrarse a los cambios en logística, las dificultades de cartera y flujo de caja y la necesidad de aumentar la capacidad de producción para cumplir la misión.
Así mismo, han sido testigos del ingreso de nuevos competidores, algunos muy capaces de abastecer las necesidades del público general con productos que cumplen con el objetivo de proteger solo cuando la carga infecciosa es baja, pero que, desafortunadamente, no logran satisfacer la demanda de las instituciones de salud cuando requieren proteger de forma segura al personal de la salud y a los pacientes.
En muchas ocasiones, los cambios son imperceptibles para los hospitales. Reciben los productos con la misma funcionalidad y con iguales características de desempeño a las habituales.
En otros casos, los cambios se notan inmediatamente. Como el cambio de color o de las tonalidades de la materia prima de la ropa de protección personal.
¿Debe una institución admitir esos ajustes durante la crisis?
El contexto actual del mercado durante la pandemia
Los productos médicos como medicamentos, kits de diagnóstico, ventiladores mecánicos, elementos de protección personal y vacunas son indispensables para el control del coronavirus SARS CoV-2, COVID-19.
Sin embargo, siguen escaseando.
Los negociadores de los países en desarrollo y los departamentos de compras de las instituciones de salud públicas y privadas han tenido su propia lucha durante la actual pandemia.
¿Por qué es tan difícil conseguir insumos para los países Latinoamericanos?
Varios factores afectan la oferta de insumos y dispositivos médicos.
En América Latina, pocos países producen los productos médicos necesarios para enfrentar la pandemia. Algunas pocas empresas nacionales dan soluciones a los mercados locales y exportan a otros países en el continente. También, hay empresas multinacionales que importan, producen y exportan. En el caso de los elementos de protección personal, por ejemplo, según datos de la CEPAL, en 2018, se observa que la mayoría son importados.
Sucede algo similar con los medicamentos, dispositivos médicos, kits y aparatos de diagnóstico, termómetros, desinfectantes y esterilizantes. El saldo de la balanza comercial es negativo.
Para ese mismo año, solo unos pocos países presentaban saldo positivo: México, Costa Rica y República Dominicana, donde empresas multinacionales estadounidenses tienen plantas de producción y exportan a ese país. Panamá también muestra un mejor equilibrio entre exportaciones e importaciones. El resto de los países necesitan importar gran parte de los productos médicos que requieren para atender la pandemia, entre ellos Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y Perú, donde la enfermedad ha golpeado fuertemente.
Los proveedores
Estados Unidos es el gran proveedor para nuestros países latinos. Sin embargo, dadas las actuales condiciones de la pandemia, las exportaciones se mantienen restringidas, bien por la demanda local o por las restricciones impuestas por el gobierno. Según el informe de la CEPAL, al comienzo de la crisis
«…el Gobierno de los Estados Unidos ha establecido, como norma general, que ciertos productos no se pueden exportar ya que su demanda local excede la oferta. Específicamente, se ha decretado que la exportación de mascarillas quirúrgicas, respiradores N95 y similares y guantes quirúrgicos solo podrá hacerse con la autorización de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), y que otros productos podrían sumarse a esa lista según evolucione la pandemia. En la práctica, el impacto de esta medida sería similar al de una prohibición de exportación»(1).
En América Latina, gran parte de los proveedores de los productos que se requieren para atender la pandemia tienen como origen los Estados Unidos, China y algunos otros pocos países. Veamos este ejemplo, en donde se observa que casi el 80% de las necesidades de mascarillas N95 provienen de pocos países, donde su propia demanda es alta:
Durante la pandemia, algunas empresas multinacionales con plantas o con distribución en Latinoamérica respondieron al llamado de urgencia que les hicieron desde sus sedes principales y destinaron gran parte de su producción a mercados como el de Estados Unidos, dejando un desabastecimiento aún mayor en el mercado local.
La capacidad de negociación
La capacidad de negociación de los países ricos y los países en desarrollo afectó el abastecimiento. Al comienzo de la pandemia, los países africanos, por ejemplo, tuvieron serias dificultades para acceder a mascarillas, EPP para el personal de la salud, respiradores y kits de diagnósticos:
«La Unión Africana designó como enviado especial a Strive Masiyiwa, presidente ejecutivo y fundador del Grupo Econet, para ayudar a los Gobiernos de África … la Unión Africana pudo aumentar la disponibilidad de kits de diagnóstico de 2,5 millones al mes (aproximadamente 50.000 por país) a unos 33 millones a principios de junio. Del mismo modo, se pudo aumentar la disponibilidad de mascarillas faciales de alrededor de 10 millones a unos 200 millones»
Los esfuerzos conjuntos entre países, instituciones y organizaciones han sido necesarios para realizar las compras. El COVAX es la experiencia más importante, en el que muchos países se unieron para negociar la adquisición de lotes importantes de varias vacunas hasta completar dos billones de dosis para el 2021.
Los precios
Los encargados de los suministros en las instituciones de salud públicas y privadas y productores de dispositivos e insumos médicos vieron semana tras semana en aumento de precios. Los EPP fueron escalando y, en algunos casos, se estima que el incremento fue superior al 400%.
Los fabricantes de EPP salud y paquetes quirúrgicos de uso único afrontaron alzas en varios de los insumos. Por ejemplo, el costo de la resina para fabricación de tela quirúrgica SMS aumentó alrededor de un 48% durante 2020.
El alza en precios se explica por la alta demanda, las prácticas de especulación que hacen algunos y la competencia en el transporte. Los productores se ven enfrentados a nuevos requerimientos de negociación como el pago del 100% del valor por anticipado.
Adicionalmente, la urgencia ha obligado a los productores a buscar las formas de importar en el menor tiempo los insumos y productos. Algunos de los productos/insumos que antes utilizaban el transporte marítimo ahora ingresan por vía aérea lo que claramente aumenta el costo.
Los EPP
Las dificultades de abastecimiento de elementos de protección personal se sintieron desde finales de 2019. China, uno de los grandes productores de productos e insumos médicos, tuvo dificultades para abastecer la creciente demanda que comenzó al conocerse el brote en Wuhan. Pero las fábricas tuvieron que cerrar. Las materias primas se agotaron o se estancaron. Luego, los productores dieron prioridad a la demanda local. Siguieron las dificultades logísticas con los cierres de fronteras y del transporte aéreo. La segunda y tercera ola aumentan los casos y la necesidad de más elementos de protección para el personal de salud.
El Colombia, se estima que el incremento de EPP de las entidades de prestación de salud ha sido entre siete y ocho veces las cantidades normales de consumo.
El resultado es un desabastecimiento escalado de mascarillas, guantes, overoles, batas, gafas y protectores.
Qué hacer
Algunas instituciones hospitalarias han realizado acuerdos con sus proveedores actuales de EPP buscando asegurar la disponibilidad de los productos, otras han debido buscar nuevos fabricantes de forma temporal, buscando mejorar los precios y los tiempos de entrega. En algunos casos, han tenido problemas con las compras porque no tienen la calidad y seguridad requerida, aumentando el riesgo para el personal de la salud y los costos para el hospital.
Otras han trabajado en equipo con los proveedores para flexibilizar las características de los productos en cuanto a color o apariencia o combinación de materiales, sin sacrificar calidad o desempeño.
En general, podemos resumir así las soluciones efectivas al abastecimiento de dispositivos e insumos que han implementado los responsables de las compras en distintas instituciones para el manejo de la crisis:
- Mantener el criterio de protección y seguridad para el personal médico y los pacientes: aunque los precios estén altos, la prevención siempre es más económica que las infecciones.
- Exigir a los proveedores certificados de calidad y cumplimiento de normas para atender los requisitos legales.
- Mantener estrecha relación con sus proveedores habituales para conocer de primera mano las dificultades del mercado y las decisiones que están tomando.
- Mantener una comunicación permanente y fluida con los proveedores para conocer las alternativas de solución que ofrecen.
- Priorizar los servicios hospitalarios que deben recibir los EPP en primer lugar.
- Cuidar el inventario para cuidar a las personas.
- Aceptar cambios en el diseño de los productos que no impliquen retroceso en calidad, protección o seguridad, ni desempeño.
Conclusión
Mientras las instituciones de salud luchan para mantener un adecuado abastecimiento de los productos médicos requeridos para el control de la pandemia, los productores de dispositivos e insumos médicos han tenido que modificar sus esquemas de trabajo para cubrir la alta demanda: cambios en los precios, materias primas, proveedores, fechas de entrega, anticipos, costos de logística y de protocolos para trabajar en sus plantas con seguridad. Es una época de crisis en la que algunas características de los productos pueden cambiar, pero otras, definitivamente, no.
Por Katy Schuth B. – Redactora