Actualizado agosto 26 – 2025
Revisado marzo 23 – 2023
Publicado julio 8 – 2021
Impacto económico y sostenible
de una correcta gestión de residuos hospitalarios
Tiempo de lectura:
4 min
Los residuos contaminados pueden convertirse en materia prima para nuevos procesos productivos, ahorrar costos y generar valor. Es posible hacer el cambio a una buena práctica de gestión de desechos y aportar a la sostenibilidad.
Un solo guante mal dispuesto puede contaminar kilos de material reciclable y poner en riesgo la salud de muchas personas. Esta imagen cotidiana en cualquier centro sanitario es el punto de partida para entender por qué la correcta separación de residuos hospitalarios es mucho más que una norma: es la primera barrera para prevenir infecciones, una acción clara de sostenibilidad y una sorprendente oportunidad económica.
Estos desechos no son basura común: contienen químicos, materiales radioactivos, objetos cortopunzantes y fluidos contaminados. Si no se clasifican correctamente, pueden liberar bacterias, virus y hongos al medio ambiente.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, aproximadamente el 85% de los residuos generados por instituciones sanitarias son residuos ordinarios, reutilizables, no peligrosos. Sin embargo, el 15% restante se considera material peligroso. Este porcentaje, aunque aparentemente pequeño, representa una amenaza significativa para la salud pública y el medio ambiente si no se gestiona correctamente.
El panorama en América Latina
En América Latina, el manejo de los residuos hospitalarios es un problema preocupante. Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que aproximadamente el 70% de los residuos hospitalarios en América Latina y el Caribe no tienen gestión adecuada[1].
De otro lado, un estudio publicado en 2023 en la plataforma ResearchGate[2], estima que la región produce alrededor de 436 toneladas de residuos hospitalarios al día. La mitad de estos residuos tiene una recolección y disposición final deficiente.
Como se observa los datos no están consolidados y eso, en sí mismo, ya es un obstáculo. Unificar la información parece urgente para diseñar políticas públicas más efectivas que no solo minimicen el riesgo, sino que impulsen la transición hacia el modelo de economía circular. Aumentar la inversión en infraestructura y capacitación es clave para adoptar estas prácticas sostenibles.
Riesgos de no separar residuos hospitalarios
La inadecuada segregación de los residuos hospitalarios en la fuente, el tratamiento insuficiente y la disposición final en vertederos a cielo abierto son prácticas comunes y muy peligrosas en nuestros países. Estas acciones contribuyen a la contaminación de suelos y fuentes de agua y aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades en los trabajadores de la salud, recicladores y la comunidad en general.
Los expertos en el mundo señalan estos riesgos:
Propagación
de bacterias
multirresistentes
y virus.
Contaminación
cruzada
de materiales
reciclables.
Riesgo de lesiones
por objetos
cortopunzantes
mal dispuestos.
Contaminación
de suelos
y aguas
por químicos.
En hospitales, los desechos peligrosos requieren manejo especializado. Esto hace que la correcta separación desde el punto de origen sea esencial para la sostenibilidad y permita darles valor a los residuos en nuevos procesos productivos.
Beneficios económicos de separar correctamente
Convertir la basura en un recurso va más allá de proteger la salud y el medio ambiente, también genera ahorros.
En nuestras ciudades, por ejemplo, se estima que podríamos aprovechar hasta el 90% de los residuos. Una gestión en este sentido tendría beneficios como:
El informe Global Waste Management Outlook 2024 de ONU Medio Ambiente muestra los resultados de un modelo que gestiona bien los residuos: disminuiría los costos anuales proyectados de 361 mil millones a 270 mil millones de dólares. Además, si al modelo se adicionan medidas para prevenir la generación de residuos y un manejo integral que incluya la comercialización, el resultado es una ganancia neta de 108.500 millones de dólares.
¿Podemos extrapolar estas cifras a nuestra institución sanitaria? Sin duda podríamos disminuir el volumen de residuos peligrosos, cuyo tratamiento es hasta 10 veces más caro que el de los comunes; aprovechar el compostaje en jardines; generar ingresos por la venta de plástico, cartón y vidrio a cadenas de economía circular; y reducir el costo de almacenamiento y transporte.
Un gran impacto de onda
EN 2015, La UNEP en su informe afirmó que La gestión de residuos es un tema transversal que afecta a muchos aspectos de la sociedad y la economía. Tiene fuertes vínculos con una variedad de otros desafíos globales como la salud, el cambio climático, la reducción de la pobreza, la alimentación y seguridad de los recursos y producción y consumo sostenibles.[3]
Una separación correcta en un hospital desencadena una serie de beneficios en cadena que impactan la comunidad y el medio ambiente. Los beneficios son:
Menor demanda de recursos: necesitaremos menos materias primas y dedicar menos energía y agua a la producción. Será una diferencia enorme, justo la que necesitamos para permitir que la tierra se recupere y regenere.
Reducción de la huella de carbono: al disminuir el transporte tanto para comenzar una nueva producción y como para llevar a los vertederos los sobrantes y los residuos de los productos usados, tendremos menos consumo de petróleo (combustible, aceites, llantas, vías), lo que nos conviene porque ese es un recurso limitado.
Reducción de los gases de efecto invernadero: los gases en los vertederos generan «gas metano, que es un gas cuyo efecto es 24 veces más potente sobre el clima que el CO2»[4]. Si reducimos gases, ganamos medio ambiente.
Control de enfermedades: podremos minimizar el riesgo de propagación de microorganismos patógenos, entre ellos bacterias multirresistentes.
Control de enfermedades infecciosas: causadas por bacterias multirresistentes a los antibióticos que conocemos.
Impacto en sostenibilidad y ODS
Otro aspecto del interés global sobre la separación de residuos hospitalarios tiene que ver con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Son varios los ODS relacionados directamente con desechos peligrosos:
Adicionalmente, una buena gestión reduce emisiones de gases de efecto invernadero al necesitar menos transporte y reutilizar materia prima. Veamos esta cifra: producir plástico PET reciclado consume hasta 88% menos energía que fabricarlo desde materia prima virgen, y genera menos dióxido de carbono y metano.
Buenas prácticas para separar residuos hospitalarios
Al usar los recipientes correctos y respetar las normas de disposición, protegemos nuestra salud, reducimos costos, cuidamos el medio ambiente y producimos valor. Las buenas prácticas son posibles:
Conclusión
La separación de residuos en la fuente es el pilar de un manejo seguro y responsable de los desechos hospitalarios. Al comprender los riesgos que previene y los beneficios que genera, queda claro que esta práctica no es una tarea opcional, sino una inversión diaria en la salud de nuestros pacientes, nuestra comunidad y nuestro planeta.
Cómo clasificar y separar los residuos hospitalarios
[1] https://www.paho.org/es/temas/residuos-solidos
[2] Gladys Margarita Ticona-Casani y Luisa Dolores Sutta-Huamán RESIDUOS HOSPITALARIOS EN LATINOAMÉRICA: REVISIÓN SISTEMÁTICA.
Se puede ver en: https://tinyurl.com/4p23x4p8
[3] Global Waste Management Outlook 2015.
Se puede ver en: https://tinyurl.com/ketp7af9
[4] Naciones Unidas, Cómo la basura afecta al desarrollo de América Latina.
Se puede ver en: https://news.un.org/es/story/2018/10/1443562
Por Katy Schuth B. – Redactora