Higiene de manos:
en profesionales de la salud y pacientes
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Desde hace unos años son comunes las campañas de higiene de manos en las instituciones de salud. También, los lavamanos en salas de urgencia y dispensadores de gel base alcohol en las áreas donde es posible el contacto con pacientes. ¿Podrías recordar cuándo comenzaron? ¿Hace menos de quince años? ¿Hace más tiempo?
La primera campaña oficial de la Organización Mundial de la Salud fue en el 2009 y tuvo el lema «Una atención limpia es una atención más segura». En esa época se consideraba que cerca del 60% de las ocasiones de higiene de manos no se realizaba correctamente. Hoy, de acuerdo con CDC, Centers for Disease Control and Prevention,
los estudios muestran que, en promedio, los proveedores de atención médica se lavan las manos menos de la mitad de las veces que deberían. Esto contribuye a la propagación de infecciones relacionadas con la atención médica que afectan a uno de cada 31 pacientes hospitalizados en un día determinado(1).
Lo curioso es que la mayoría de los profesionales de la salud reconocen el papel de las manos en la propagación de infecciones asociadas a la atención sanitaria. En cambio, en la época en que Ignaz Philipp Semmelweis (1818-1865), considerado el padre de la iniciativa de higiene de manos, propuso su teoría, la comunidad médica lo rechazó. Semmelweis había analizado publicaciones que mostraban que lavarse las manos reducía la mortalidad a menos del uno por ciento, pero no pudo comprobarlo. Su teoría ofendió a los médicos que consideraban ridículo tener que lavarse las manos.
Las ideas de Semmelweiss fueron aceptadas algunos años después, cuando Louis Pasteur confirmó la teoría de los gérmenes y Joseph Lister utilizó métodos higiénicos en sus intervenciones comprobando el resultado positivo.
El problema de la higiene de manos
Hoy, la comunidad científica reconoce que las manos son la vía principal por la que se produce la infección cruzada en las instituciones sanitarias y otras esferas de la vida. El riesgo es tan alto que CDC afirma:
Todos los pacientes corren el riesgo de contraer una infección mientras reciben tratamiento por otra cosa.
En muchas instituciones sanitarias hay evidencias de la relación entre el lavado de manos y las infecciones nosocomiales y de que es una relación inversa: a mayor higiene de manos, menor frecuencia de IAAS. En el Programa de Seguridad del Paciente en la Región de Murcia, España, se afirma que, según la OMS, una higiene adecuada de manos puede reducir entre el «20% y el 40% las infecciones cruzadas intrahospitalarias»(2).
La mayoría de los microorganismos patógenos que causan las infecciones en pacientes se transmiten por las manos, tanto de los profesionales de la salud como de los pacientes. Es por eso que la campaña ha comenzado a expandirse a la higiene de manos de pacientes.
Higiene de manos en personal de la salud
Los profesionales de la salud necesitan lavarse las manos hasta cien veces en un turno de doce horas, dependiendo del número de pacientes y la intensidad de la atención. En muchas ocasiones, la higiene se realiza con desinfectantes base alcohol, preferidos porque no resecan las manos como los jabones y no crea espacios para bacterias resistentes a los antimicrobianos. Sin embargo, el alcohol no elimina microorganismos como C. difficile, que causa diarreas severas. Y por eso el lavado con agua y jabón sigue siendo prioridad.
Higiene de manos en pacientes
Aunque los estudios clínicos no se consideran todavía suficientes, se ha comenzado a llamar la atención sobre la higiene de manos en pacientes.
En un estudio de EE. UU. realizado durante varios meses en una sala de cuidados agudos, más de 200 pacientes casi nunca se lavaron las manos antes, durante o después de visitar el área de cocina/despensa del paciente, y menos del 35% se lavaron las manos después de ir al baño o antes de comer desayuno.(3)
También, se observó que, si bien el personal era consciente de la importancia de las manos en la transmisión de infecciones, no entregaba esa información a los pacientes, que por su estado de salud deberían practicar el lavado de manos para controlar el riesgo de infección por bacterias transitorias.
Los frascos con gel desinfectante junto a la cama y las toallas desinfectantes en la bandeja de comida se han empezado a implementar en varios hospitales. Se espera que estrategias como estas, acompañadas de educación y capacitación a los pacientes y cuidadores, ayuden a mejorar la higiene de manos y a reducir las infecciones hospitalarias.
Efectividad de la campaña
En general, las campañas para cambiar los comportamientos y prácticas para la higiene de manos han ido ensayando estrategias para lograr resultados. Algunas han logrado efectividad y contienen estos elementos:
En distintos escenarios se analiza la efectividad de las campañas de higiene de manos y se estudian los factores que impiden la adherencia a esta práctica.
Estudios realizados posteriormente al lanzamiento de esta estrategia como el hecho por Valim et al (7), expone que la adherencia a la higiene de manos pasó de 30% de cumplimiento a 50% de cumplimiento. Otros estudios demuestran que hay una fuerte evidencia de la estrategia multimodal de la OMS, la cual puede llevar a mejoras sustanciales, rápidas y sostenidas en el cumplimiento de la higiene de manos, entre los trabajadores de la salud en entornos hospitalarios como el realizado por Luangasanatip N et al (8).(4)
Se estima que la campaña de la OMS «Cinco momentos para la higiene de las manos» está logrando su objetivo por la claridad del mensaje. Además, aquí y allá se intentan distintas estrategias como el conteo automatizado del uso del dispensador, grupos encargados del control de higiene de manos, pruebas para determinar qué tan limpias están las manos. También, estrategias emotivas, como una voz que da las gracias luego de lavarse las manos durante mínimo 20 segundos y que alienta al personal a dedicarle el tiempo indicado para recibir el estímulo.
¡Innovación y creatividad para salvar vidas!
Conclusión
Desde hace siglos la comunidad científica sabe de la importancia de las manos en la incidencia de las infecciones asociadas a la atención hospitalaria. Sin embargo, hace relativamente pocos años, la higiene de manos es una prioridad para la seguridad del paciente. Las campañas se han centrado en la práctica de la higiene de manos en profesionales de la salud y hace poco ha comenzado en los pacientes.
(4) Rendón Álvarez Jackeline, Factores relacionados con la Adherencia a la Higiene de Manos por parte del personal asistencial en los hospitales de alta complejidad. Universidad CES. Se puede ver en: https://repository.ces.edu.co/bitstream/handle/10946/4624/1020407008_2020.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Por Katy Schuth B. – Redactora