Actualizado mayo 26 – 2022
Publicado septiembre 18 – 2020
¿Cómo se propagan las infecciones
en las instituciones de salud?
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Las infecciones asociadas a la atención sanitaria son una gran amenaza para el sistema de salud en cualquier país del mundo. Las IAAS elevan los indicadores de morbilidad y mortalidad y disminuyen la capacidad de acción de las instituciones hospitalarias, al verse obligadas a destinar recursos humanos, económicos y clínicos para combatir las infecciones. La mayor estadía de un paciente infectado genera menos ingresos y mayores gastos que un paciente nuevo, lo que disminuye la rentabilidad. Además, incrementa el riesgo de más microorganismos resistentes a los antimicrobianos.
Es un ciclo contradictorio: el sistema desea sanar a los pacientes, pero muchos de ellos contraen nuevas enfermedades infecciosas durante su permanencia en la institución.
En países desarrollados las IAAS afectan entre el 5% al 8% de los pacientes. En América Latina no hay cifras consolidadas. Algunos estudios parciales muestran una incidencia de hasta tres o cuatro veces los indicadores de Europa(1). Se estima que es posible prevenir más de la mitad de estas infecciones asociadas a la atención sanitaria.
Una forma de reducir las infecciones nosocomiales es comprender cómo ocurre la transmisión.
Los microorganismos
Desde hace años sabemos que aún las personas sanas somos portadoras de microorganismos. Llevamos millones de ellos en la piel y en las mucosas. Muchos son inocuos, conviven de manera natural con los seres humanos. Otros son patógenos, potencialmente dañinos. Cuando estos microorganismos logran traspasar la barrera de la piel o de las membranas mucosas, llegan a los tejidos y causan una reacción a la contaminación, se considera que hay un proceso infeccioso.
La gravedad de la infección depende de varios factores:
En general, se afirma que un germen extremadamente patógeno causará una infección; una presencia alta de microrganismos, más alta de la dosis mínima contaminante, causará infección; y un huésped con un estado de salud débil tendrá un riesgo alto de contraer infección.
Los pacientes
Los pacientes tienen baja resistencia y son susceptibles a las IAAS, y, al mismo tiempo, son la gran fuente de agentes contaminantes. Liberan microrganismos patógenos cuando tosen o sangran. Sus fluidos contaminan las ropas, la piel, las superficies, las cortinas, muebles y equipos.
Las personas que están sanas normalmente son resistentes a los microorganismos. Eso explica por qué la incidencia de infecciones en el personal que trabaja en el hospital es menor a los que están internados o convalecientes.
Así mismo, explica por qué los pacientes, especialmente si son adultos o bebés recién nacidos, están expuestos a un alto riesgo de desarrollar una infección durante la asistencia sanitaria.
Son buenos huéspedes, porque su sistema inmunológico está afectado.
Y se encuentran en un ambiente propicio para la presencia de bacterias, virus y hongos.
Los pacientes suelen adquirir infecciones durante su permanencia en la institución de salud o a los pocos días de haber sido de alta por:
Por qué se infectan los pacientes
La piel y las mucosas son barreras naturales de protección ante los riesgos del entorno. Pero, cuando la barrera se debilita, la infección puede ocurrir: una pequeña herida, un pinchazo o una cirugía servirán de puerta de acceso a los patógenos. Los microorganismos llegarán a los tejidos subcutáneos, que deberían estar estériles, y comenzarán un proceso infeccioso.
Estos riesgos son muy frecuentes. Por ejemplo, un paciente con cánula o catéter durante muchos días podría desarrollar una infección; un médico que saluda de mano a sus pacientes puede contaminarlos; una enfermera que atiende su celular durante el turno puede contaminar el equipo fácilmente y transportar gérmenes de un lado a otro; una sábana usada en una curación de una herida quirúrgica puede ser portadora de microorganismos extremadamente patógenos; una auxiliar que atiende a su paciente sin mascarilla o sin barbijo puede traspasarle virus y bacterias alojados en sus mucosas; un paciente que sangre profusamente durante una cirugía tiene un riesgo alto de infección.
Los virus, bacterias, parásitos y hongos pasan de un lado a otro con ayuda de otras personas y de otros objetos.
Cómo funciona la cadena de transmisión
Los patógenos siguen una secuencia de pasos hasta desarrollar una infección:
«La ocurrencia de las enfermedades infecciosas obedece a una secuencia de interacciones que permiten que el microorganismo infectante se ponga en contacto con una persona susceptible y produzca en ella la infección. Las infecciones son resultado de estas interacciones con un microorganismo que deja su hábitat para reproducirse en un huésped (individuo reservorio). Luego, se trasmite hacia otros individuos pasando por una “puerta de salida” (vía para transmitirse desde el huésped, mecanismo de transmisión) y encuentra una puerta de entrada (canal de infección, vía de infección) en un nuevo individuo (huésped susceptible). Esta secuencia de eventos específicos se conoce como “cadena de transmisión” y se produce tanto en IAAS como en infecciones adquiridas en comunidad.»
La secuencia es esta:
Agente biológico
Es el microorganismo capaz de generar una colonización o infección:
bacterias, los virus, hongos, parásitos
Reservorio
Hábitat en el cual los microorganismos viven, crecen y se multiplican:
seres vivos y objetos
Puerta de salida
La zona desde donde el microorganismo deja el reservorio
(piel, mucosas, objetos, ropa quirúrgica)
Vía de transmisión
Modalidad que sirve al microorganismo para trasladarse de la puerta de salida del reservorio
hasta la puerta de entrada del hospedero
Puerta de entrada
El sitio por el cual el microorganismo ingresa al huésped
Huésped
El paciente susceptible de infección
Cómo ocurre la infección
La contaminación en los ambientes hospitalarios sucede por una de estas vías:
Prevención y control
Desde distintos escenarios científicos se hace un llamado a prevenir y evitar las infecciones nosocomiales. En un ambiente donde hay personas con condiciones propicias para que los virus, bacterias, parásitos y hongos sobrevivan, se multipliquen y desarrollen su toxicidad, se hace necesario aumentar los controles preventivos para disminuir las infecciones.
Muchas instituciones de salud pueden mostrar cifras bajas en los indicadores de IAAS, bien porque no llevan un registro exhaustivo de estos eventos o porque el paciente después de adquirir la infección es tratado en otro hospital. Sin embargo, este ciclo es el que debilita al sistema de salud en general y a las instituciones hospitalarias en particular.
Cómo lavarse adecuadamente las manos
(1) Akeau Unahalekhaka, Epidemiología de las infecciones asociadas a la atención en salud. Capítulo 3. Federación Internacional de Control de Infecciones.
Por Katy Schuth B. – Redactora