Con las vacunas,
¿termina la pandemia por COVID-19?
Las vacunas son esenciales para inducir a la inmunidad colectiva. Falta saber más sobre la duración de la inmunidad y las nuevas cepas para determinar el futuro de la pandemia.
Las campañas de vacunación contra el SARS CoV2 Covid-19 a nivel mundial nos hacen esperar un pronto regreso a la “normalidad”. La inmunización supone un reto gigantesco para el cual prácticamente todos los países de América Latina y el Caribe(1) están bien preparados.
Entonces, ¿cuándo terminará la pandemia?
En agosto 2020, Tedros Adhanm Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, OMS, declaró que la pandemia podría terminar en menos de dos años. Estaba comparando la crisis por COVID-19 con la pandemia por la gripe española de 1918-1920.
¿De qué depende que su pronóstico sea cierto?
Un poco de historia
Es evidente que ya no estamos ante una infección como la de la peste negra, que tuvo varios brotes durante 2000 años y que todavía registra casos, aunque muy pocos. Tampoco es comparable con la viruela, una enfermedad con altísimas tasas de mortalidad, que tiene el título de ser la primera infección erradicada gracias a una vacuna. El virus del sarampión está siendo exitosamente combatido con una vacuna que logra una alta inmunidad. VIH está “bajo control” por los cambios de comportamiento sexual de la población, las técnicas de diagnóstico y los tratamientos que permiten calidad de vida mientras se convive con la enfermedad.
SARS -el primer coronavirus- y MERS son infecciones respiratorias que no llegaron a América Latina. Desde 2003 no se reporta ningún caso de SARS, y se asume que COVID-19 está relacionado con ese coronavirus. MERS sigue presente, pero se considera que el riesgo es bajo.
Entonces, ¿será posible que los casos que más nos puedan ayudar a entender el futuro de SARS CoV2 sean los de la influenza, una infección que no ha desaparecido y que requiere vacunación periódica?
Tal vez.
La humanidad tiene un punto a su favor en el trabajo para controlar la enfermedad: la velocidad en el desarrollo de las vacunas y las características de estas. Podemos aspirar a una inmunidad de rebaño inducida y no solo de manera natural causada por el número de personas que han tenido la infección.
¿Bastará solo con las jornadas de vacunación para controlar la enfermedad?
Duración de la inmunidad
Aún no es posible saber si la inmunidad al coronavirus SARS CoV2 es de larga o corta duración. Los estudios no son concluyentes. Se ha observado que especialmente en pacientes que mostraron una enfermedad leve, los anticuerpos disminuyeron rápidamente. Pero, al mismo tiempo, hay indicios de que las células inmunitarias de memoria se desarrollan por la infección y podrían permanecer en el organismo durante mucho tiempo, listos para luchar contra el patógeno.
«Una característica inusual de muchos coronavirus es que nuestro sistema inmunológico parece olvidarlos rápidamente, a diferencia de virus como el sarampión, donde una vez que alguien ha sido infectado, generalmente tiene inmunidad de por vida y no puede contraerlo nuevamente.» (2)
La inmunidad duradera podría ser más factible en pacientes que presentaron una enfermedad grave. Pero falta investigar más.
El SARS CoV2 podría tener un comportamiento similar a los coronavirus que causan el resfriado, es decir, que es posible recaer en la infección repetidamente. O bien, asimilarse a MERS y SARS en los que se estima que la inmunidad es de al menos tres años.
El tiempo que dure la inmunidad es clave para lograr el control de la enfermedad. Parece que, de nuevo, tenemos una ventaja: las vacunas actuales (aprobadas y en desarrollo), que utilizan instrucciones genéticas (ARN) y las que utilizan virus inactivado para atacar el virus al ingresar al cuerpo, no estarán afectadas por la capacidad del coronavirus a disminuir la generación de anticuerpos o células de memoria, porque sencillamente no contienen virus vivo.
Por lo tanto, las vacunas podrían aumentar el tiempo de respuesta inmunológica con respecto a las personas que enfermaron.
Los estudios deben entonces avanzar. Solo las pruebas de serología para determinar los anticuerpos en los pacientes infectados y los seguimientos a los vacunados dirán la verdad.
Las mutaciones del virus
La estrategia mundial de la ciencia fue lograr una o varias vacunas efectivas para llegar rápidamente y con las menores pérdidas humanas a la inmunidad de grupo.
Para lograrlo se requiere que el valor de transmisión (R0) sea inferior a uno o al menos muy cercano a uno. Así, la transmisión estará bloqueada, el virus tendrá problemas para encontrar nuevos huéspedes, porque hay muchos vacunados y recuperados en los que ya no prosperará la infección.
En efecto, la vacuna es un hito.
La buena noticia del inicio de las jornadas de vacunación llegó casi al mismo tiempo que las noticias sobre nuevas mutaciones.
Y eso cambia el escenario.
SARS CoV2 es un virus exitoso y de manera natural, por azar, está buscando mantenerse activo. En general, como ocurre con los virus, las mutaciones suelen acrecentar las características del patógeno:
- Aumentar la producción de virus
- Aumentar la transmisibilidad
Si el virus duplica o triplica su velocidad de transmisión, como se cree que puede ocurrir con las mutaciones de Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, el control de la pandemia exigirá que sean más las personas vacunadas para lograr una inmunidad colectiva.
La explicación es esta:
Hoy, se calcula que si entre un 70%-85% de la población es inmune, bien porque ha tenido la infección, la enfermedad, o ha sido vacunada, la tasa de reproducción del virus será inferior a uno. Es decir, el virus no encontrará fácilmente al menos un huésped para mantenerse activo. Pero, si la velocidad de contagio aumenta, será necesario aumentar también el número de vacunados hasta lograr que a menos el 90% de la población sea inmune.
Futuros posibles
En este momento estamos ante estos posibles escenarios:
En este es el escenario no se logra reducir la tasa de reproducción (R0). Un infectado es capaz de contagiar al menos a una persona más y la enfermedad persiste. Lograr un R0 inferior a uno tomará más tiempo y la crisis sanitaria continua. Tal vez, en algún momento, se diga que SARS CoV2 es un virus estacional, tal como la influenza.
En este escenario se logra que la tasa R0 o capacidad de contagio de SARS CoV2 sea inferior a uno. Es decir, que el virus no encuentre huéspedes y se debilite. Si desaparece o no, dependerá del tiempo de inmunidad. Los comportamientos de la población serán claves para mantener las tasas de reproducción controladas, aunque eventualmente aparezcan brotes y epidemias.
Conclusión
Las vacunas desarrolladas para controlar el COVID-19 son un hito científico. Sin embargo, aún no es seguro que la humanidad logre la inmunidad de rebaño pronto. Factores como el tiempo de inmunidad y nuevas cepas son determinantes para controlar la infección. Los escenarios pueden cambiar. Semana tras semana, en la medida en que obtengamos más información, podremos ir aproximándonos mejor al futuro de la pandemia y visualicemos cuál será nuestra nueva realidad.
(1) Según Global Health Security Index, con excepción de Venezuela, Honduras y El Salvador, el resto de los países de la zona tienen buenos esquemas de vacunación.
Por Katy Schuth B. – Redactora