Actualizado febrero 17 – 2022
Publicado marzo 6 – 2020
¿Por qué usar tapabocas
en casos como el coronavirus?
Tiempo de lectura:
7 min
Al comienzo de la pandemia por Covid-19, escasearon los tapabocas rápidamente. Ahora, dos años después, abundan las mascarillas. Sin embargo, no todas ofrecen una real protección y de hecho ponen en peligro a la comunidad y a los profesionales de la salud.
El uso de los tapabocas de uso único es una de las prácticas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, OMS, para el control de brotes y epidemias respiratorias, tales como la nueva infección por coronavirus SarsCov-2, porque limita la exposición a los virus infecciosos tanto durante la inhalación como en la exhalación. Las mascarillas retienen las secreciones y goteos al hablar, respirar y estornudar, evitando que el virus se disemine por el aire y sobre las superficies. Así mismo, los tapabocas actúan como una barrera que atrapa los transmisores de la infección presentes en el aire, protegiendo al personal médico y acompañantes del paciente de contagio de infección.
Así, los tapabocas reducen de manera importante la transmisión de infecciones respiratorias:
Cómo se transmiten las infecciones respiratorias
Se ha comprobado que el coronavirus se transmite de persona a persona. En el caso actual de la pandemia por COVID-19, los primeros hallazgos epidemiológicos evidenciaron que el virus se propagó entre contactos cercanos dentro del sitio de trabajo -el mercado mayorista de mariscos- desde la segunda semana de diciembre de 2019.
Bastó un paciente infectado para comenzar el proceso de propagación.
Cuando un paciente estornuda y tose, expulsa gotículas de saliva (pequeñas gotas de saliva) y secreciones nasales al aire, infectadas con el virus. Las personas cercanas respiran estas gotículas o las llevan a su organismo al tocarse los ojos, la boca o la nariz.
Se estima que la mayoría de estas gotas tienen menos de 10 μm de diámetro. Lo normal es que la cantidad de gotículas aumente según la velocidad y fuerza de la exhalación, por ejemplo, al reír, gritar o respirar vigorosamente.
Mientras más cerca esté la otra persona a la fuente de exposición, más riesgo tendrá de contaminarse. Las gotas más grandes, caerán rápido, pero las más pequeñas pueden permanecer en el aire. Si no está protegido, las gotículas podrían llegar a su cara e ingresar al sistema respiratorio superior.
Por eso, una forma de prevenir la propagación de las infecciones respiratorias es taparse nariz y boca, es decir, usar cubrebocas y mascarillas. Pero, sino se hace correctamente, sino se utiliza bien el tapabocas, el efecto será adverso.
Efectividad de las mascarillas
Al evaluar la calidad de las mascarillas y tapabocas se deben tener en cuenta dos factores:
Por ejemplo, los respiradores comercializados por UM tienen distintos grados de eficiencia de filtración bacteriana -BFE-, calculado entre un 95% a un 99% de protección según la referencia y el tipo de material. Sin embargo, el buen uso es lo que garantiza realmente su eficiencia.
La clasificación «N95» otorgada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de EE. UU significa que, durante la prueba, el respirador es capaz de bloquear al menos el 95% de partículas pequeñas (0,3 μm) a velocidades de flujo de 85 L/min, es decir, es una prueba extrema, porque exagera las condiciones normales de inhalación y exhalación. Los respiradores N95 están diseñados para un entorno de trabajo de alto riesgo de contaminación, como la atención de pacientes con ventilación o con enfermedades infecciosas. Están elaborados de capas de material filtrante similar a un denso nido de fibras enredadas y con filtros de carga electrostática que atraen y retienen las partículas y gotas.
Para los ambientes sanitarios, como quirófanos y salas de procedimientos, el elemento de protección personal que se recomienda es la mascarilla de alta eficiencia de filtración bacteriana y repelente a fluidos.
Una buena mascarilla debe tener al menos tres capas:
Los microorganismos patógenos quedan atrapados entre el tejido, actuando como una barrera entre el medio ambiente y las membranas mucosas.
Además, deben tener un buen adaptador nasal ajustable y tiras que permitan una fijación segura sobre la cara.
Las mascarillas utilizadas de forma masiva aumentan la protección
En general, hoy, se estima que mientras más personas dentro de la comunidad estén usando algún tipo de tapabocas de uso único, los resultados serán más positivos que si solo pocas personas estuvieran utilizando tapabocas de alta filtración. El uso masivo es más importante que el tipo de barbijo.
El control del SARS-CoV-2 se logra si se combinan los dos efectos esperados: el control de la fuente (expulsión de gotas con virus) y la filtración para la protección del usuario (inhalación de gotas contaminadas con el virus). Para una persona el beneficio de usar tapabocas aumenta si muchas personas a su alrededor también usan tapabocas y lo usan siempre y de manera correcta.
Los tapabocas de varias capas son más efectivos que los de una sola capa para bloquear las gotas exhaladas. Mientras más capas y mayor el número de hilos o más pequeño el poro de la tela, la filtración de gotas y partículas tiende a mejorar.
De acuerdo con CDC, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades,
Las máscaras de tela multicapa pueden bloquear entre el 50 y el 70 % de estas finas gotitas y partículas y limitar la propagación de aquellas que no se capturan(2).
Sin embargo, la efectividad dependerá en gran parte del buen uso que se tenga y el buen ajuste sobre la cara.
Procedimiento para usar bien el tapabocas
El buen uso de los tapabocas garantiza que este cumpla su tarea de protección. Esta guía puede servir:
Conclusión
El tapabocas o mascarilla es un dispositivo eficaz para la protección frente a enfermedades infecciosas como el coronavirus. La calidad depende de la capacidad de filtración de las gotículas tanto al momento de inhalar como de exhalar. Un buen material otorga protección al personal médico y a las personas de la comunidad. Aunque la clave para un mayor control de la pandemia es el uso masivo.
(1) Eficacia del uso de mascarillas para controlar la propagación comunitaria del SARS-CoV-2 /Dr. John T. Brooks1; Jay C. Mayordomo, se puede ver en: https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2776536
(2) https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/science/science-briefs/masking-science-sars-cov2.html
Por Katy Schuth B. – Redactora