Actualizado julio 14 – 2022
Publicado octubre 16 – 2020
Los graves problemas de la ropa hospitalaria
Tiempo de lectura:
7 min
La ropa hospitalaria puede generar muchos y muy graves problemas en una institución de salud. Puede ser factor de conflicto entre las áreas o con proveedores, puede ser factor de riesgo biológico y puede ser causa de pérdida de dinero para la institución.
En la mayoría de los casos, los problemas de la ropa hospitalaria están asociados a los proveedores, al complejo proceso de manutención y al tipo de textil escogido por la institución para la ropa hospitalaria.
Algunos de estas dificultades son evidentes, se viven día a día en las instituciones. Sin embargo, estas en realidad están ocultando otros problemas mayores.
Los problemas más evidentes de la ropa hospitalaria
Los problemas más comunes son del día a día. Alguien observa que una sábana está rota y no debería estar siendo utilizada, pero lo está; un cirujano se molesta durante la cirugía porque la bata no lo protegió bien y está empapado de sangre; el jefe de quirófanos llama a la central de esterilización a reclamar los «bultos» quirúrgicos que necesitan con urgencia; el proveedor de lavandería se queja porque no le entregan a tiempo; y la instrumentadora devuelve el paquete quirúrgico porque observa motas en la tela y no lo puede permitir.
La calidad de los insumos
Muchos de los problemas de la ropa hospitalaria se derivan del material textil: las telas reutilizables sufren rápidamente con el proceso frecuente de lavado y desinfección. El uso de químicos es una de las soluciones para el control de microorganismos patógenos que pueden causar infecciones, pero, al mismo, tiempo, es causante del deterioro en la ropa de algodón, poliéster y las mezclas de ambos textiles. Cuando la tela pierde propiedades, pierde capacidad protectora para los profesionales de la salud y los pacientes.
Los parches y costuras no siempre son una buena solución, pues al abrir los poros de la tela se disminuye aún más la capacidad de barrera.
Los materiales no tejidos también pueden tener problemas de calidad cuando no son producidos con tecnologías adecuadas y que respondan a las reales necesidades del sector salud. Motas, baja capacidad de barrera o diseños incómodos, terminan convertidos en gastos sin beneficios.
Riesgo biológico
Durante la atención médica, el riesgo biológico es inevitable y la ropa hospitalaria tiene un papel protector. Debe aislar y contener los microorganismos presentes en el ambiente, la piel, el aire y los líquidos corporales, tanto para los pacientes como para el personal sanitario. Debe estar higiénicamente limpia, es decir, no debe ser agente de enfermedades. Los materiales tampoco deben ser un riesgo para la atención a pacientes ni para el personal sanitario.
Pero la ropa puede no ofrecer la protección necesaria. Los materiales reutilizables, lavada tras lavada, pierden la capacidad protectora.
También puede pasar que el protocolo no sea muy estricto y las batas, sábanas, protectores de camilla sirvan de vehículo o como espacio de alojamiento de microorganismo patógenos.
O puede suceder que las telas estén tan débiles que se rompan y se deshilachen, creando cuerpos extraños en las heridas de los pacientes.
Disminuir el riesgo biológico implica una mirada minuciosa sobre los procesos de la ropa y de las infecciones intrahospitalarias. Por ejemplo, en el área de lavandería puede suceder fácilmente una contaminación cruzada. Durante la organización de la ropa limpia, microorganismos presentes en el aire, dejados por la ropa sucia, pueden caer sobre el textil y permanecer ahí durante un buen tiempo. En la central de esterilización es posible una contaminación silenciosa en los anaqueles, si los equipos esterilizados no están bien protegidos con envolvederas eficientes. Un paciente en consulta externa puede contaminar el protector de camilla y, si no se cambia, puede transmitir una infección a otro paciente. En cirugía, si los campos y batas quirúrgicas no controlan bien el volumen de fluidos, impregnando al personal, la camilla y otros equipos, se eleva el riesgo de infección para el paciente y todo el personal relacionado con la sala.
Manejo higiénico de los uniformes de los profesionales de la salud
Algunos hospitales han señalado que el hábito de algunos profesionales de salir de las instalaciones con la ropa que usó para atender pacientes es un problema. También, ingresar a la atención de pacientes con el uniforme puesto. Virus, bacterias, hongos pudieron adherirse al textil y contaminar a otras personas, incluyendo la familia del profesional de la salud.
Esta situación es más evidente entre el personal que trabaja en las instituciones con contratos de prestación de servicios o tercerización, pues no reciben dotación y transitan entre un centro de salud y otro.
Vida útil
La ropa hospitalaria reutilizable tiene una vida útil estimada entre 60 a 90 lavadas. El cambio es obligatorio pues la tela ha perdido su capacidad de protección.
El primer inconveniente es el de determinar si todo el inventario ha tenido el mismo número de lavadas o si hay algunas piezas que han tenido mayor uso. Es posible que hoy, por ejemplo, el campo quirúrgico ya haya completado la vida útil, no así, las batas.
Algunas instituciones realizan la reposición de las batas, campos, sábanas, protectores y envolvederas a tiempo; otras, no. Alargar el ciclo de vida supone aumentar el riesgo de exposición a infecciones y aumentar el costo por manejo de infecciones.
Abastecimiento
El abastecimiento tiene varios momentos de verdad. Se espera que los insumos y dispositivos médicos hayan sido entregados a tiempo por el proveedor. Y se espera que lleguen a tiempo al servicio que los requiere.
El proceso es más complejo con la ropa reutilizable, pues requiere más pasos. No es fácil lograr sincronía perfecta entre todos los actores del proceso del manejo. En ocasiones, se observan cuellos de botella: por ejemplo, la central de esterilización da prioridad a instrumental y equipos y no a la ropa; o el personal encargado de limpiar el quirófano no entregó a tiempo la ropa al transporte.
En teoría, si la institución sanitaria utiliza ropa reutilizable, debe disponer de cinco dotaciones completas para su servicio:
Ropa
en uso
Ropa
limpia
Ropa
sucia
Ropa en
lavandería
Ropa para
reposición
Sin embargo, este inventario no es suficiente y es usual que, los servicios se afecten, porque:
Se presentan faltantes de ropa
La ropa entregada se rechaza y debe reprocesarse
La ropa tiene rotos y no puede usarse
El desabastecimiento es un momento de verdad crítico en la relación entre áreas y entre la institución y sus proveedores y tiene fuertes implicaciones.
Los problemas ocultos de la ropa hospitalaria
La calidad de los insumos, el riesgo biológico, la vida útil y el abastecimiento podrán ser los argumentos usuales que utilice el personal para hablar del problema de la ropa quirúrgica en cualquier institución sanitaria. Sin embargo, al profundizar, estos son en realidad los síntomas de dos problemáticas aún más graves:
La ineficiencia y su impacto en la rentabilidad
El costo del manejo de las infecciones
La ineficiencia y la rentabilidad
Una de las quejas frecuentes de los profesionales de la salud y de los jefes de área es la pérdida de tiempo en los servicios por falta de ropa hospitalaria. Esta situación es especialmente crítica en quirófanos y salas de procedimiento. Se aplazan intervenciones porque las tareas de limpieza se tardan mucho y porque deben esperar la ropa necesaria para alistar la sala. En ocasiones son minutos, que, sumados a lo largo del día, afectan la agenda; con frecuencia los retrasos son largos tiempos muertos.
Esto puede suceder porque no hay ropa disponible o porque la que entregaron fue rechazada por problemas de calidad.
Perder un turno en cirugía o demorar unas horas a un paciente para un diagnóstico o una atención adecuada son tiempos que no se recuperan.
El costo de las IAAS y la rentabilidad
El costo de las infecciones asociadas a la atención sanitaria ha sido estudiado desde hace años y se presenta hoy como un problema claro para la reputación, la calidad del servicio, el cumplimiento de la misión y la rentabilidad de las instituciones sanitarias.
El costo de las infecciones supone una pérdida para el sistema, no solo por la atención adicional que requiere el paciente, sino por la disminución en la capacidad de atención de nuevos pacientes.
Al realizar el ejercicio, los administradores encuentran que es mejor atender a un paciente nuevo que uno que lleva días internado por una infección adquirida en el hospital; y que la rotación de la camas, salas y servicios de consulta externa es lo que da viabilidad y rentabilidad a la operación. Si la institución tiene varias camas ocupadas con pacientes con infecciones asociadas a la atención sanitaria, puede estar disminuyendo sus ingresos.
¿Cuáles son las soluciones para los problemas de la ropa hospitalaria?
En el mundo, cada vez es más evidente la preferencia de las instituciones de la salud por las batas, paquetes quirúrgicos, envolvederas, sábanas, protectores y rollos de camilla en materiales de uso único: ofrecen soluciones a los problemas típicos y ocultos de la ropa hospitalaria.
En principio, la ropa de uso único conserva durante el uso el nivel de calidad adquirido. La envolvedera no perderá capacidad durante la esterilización ni capacidad protectora durante almacenamiento. La bata del cirujano será la misma siempre. El campo quirúrgico tendrá la misma calidad en cada una de las intervenciones. Estos productos permitirán estandarizar la calidad en los servicios.
El nivel de calidad puede ser aumentado en la medida en que el riesgo así lo exija. Podrá ser más repelente y más impermeable para prevenir el contacto con fluidos corporales.
Esto es posible por las características del material no tejido y las tecnologías que se empleen en la manufactura de la ropa y los dispositivos médicos. El material no tejido es mejor barrera protectora: por su estructura desordenada ( y no entramada) es más resistente al paso de los fluidos y partículas y, por lo tanto, corta la transmisión de infecciones. En la medida en que se adicionen características, la capacidad de barrera aumenta.
El riesgo biológico está más controlado cuando se selecciona la ropa adecuada para cada momento de la atención a pacientes. Si el riesgo biológico es alto, si el volumen de fluidos es alto, la ropa de uso único es capaz de responder satisfactoriamente.
La vida útil es corta y puede extenderse al realizar una gestión apropiada de residuos. Los biosanitarios, por ejemplo, pueden inactivarse y disminuir en volumen al utilizar la tecnología microondas para la disposición final. Estos residuos sirven para ingresar a un nuevo ciclo de economía circular.
Finalmente, un buen proveedor de ropa de uso único puede ayudar a eliminar el problema del desabastecimiento. Un solo proveedor sustituye varios procesos:
Además, se ha demostrado que, por la característica de los materiales, más absorbentes que las telas reutilizables, utilizar ropa quirúrgica de uso único agiliza la limpieza y alistamiento de las salas.
Al disminuir los problemas típicos, disminuyen los síntomas de la ineficiencia y los extra-costos por el manejo de infecciones. Por eso, la tendencia mundial es a aceptar la ropa de uso único como la más segura para los entornos sanitarios y más costo-efectiva.
Conclusión
La ropa hospitalaria tiene un impacto importante en los resultados de una institución. Afecta la calidad de sus servicios, incide en los costos, en la capacidad de atender más pacientes y en las relaciones entre el personal y la institución con sus proveedores. Al mejorar la calidad y utilizar ropa de uso único los resultados van a mejorar.
Por Katy Schuth B. – Redactora