Actualizado junio 2 – 2022
Publicado enero 14 – 2021
¿Cada cuanto limpias esas superficies?
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La limpieza y desinfección de las superficies en las instituciones de salud constituyen un desafío diario para los programas de prevención y control de infecciones. Debería ser una actividad aprendida, fácil de ejecutar y adherida a los protocolos conocidos. Sin embargo, se presentan fallas:
“Múltiples estudios han demostrado que la limpieza y desinfección manual de superficies en hospitales es subóptima. En muchas instalaciones, solo entre el 40 y el 50% de las superficies que deben limpiarse son limpiadas por el personal de limpieza”(1).
Claramente, es una situación poco deseable en una institución de la salud. El riesgo de contaminación cruzada es evidente y por lo tanto, se puede afectar la salud de los pacientes y el personal con las consecuencias ya conocidas.
Causas de una inadecuada limpieza en los hospitales
En general, son varios los motivos por los cuales el proceso de limpieza de superficies suele fallar en las instituciones.
En primer lugar, se observa una gran dificultad en el manejo del personal que debe realizar las tareas de limpieza. Se presentan ausencias, escasez y alta rotación. El esfuerzo de las capacitaciones se pierde. En muchas instituciones no está claro quién es el responsable de la limpieza de ciertas superficies.
Así mismo, ciertas superficies, como las barandas de las camas, ofrecen más dificultad para una adecuada limpieza.
Por eso, es posible que, al realizar controles biológicos, se encuentren situaciones como esta:
En estudios que involucraron el cultivo de superficies de alto contacto en las habitaciones de los pacientes antes y poco después de que las amas de llaves hubieran realizado la limpieza de rutina, encontramos que los cultivos obtenidos de varias superficies en una habitación después de la limpieza produjeron grandes cantidades de Serratia y cantidades menores de Achromobacter que no estaban presentes antes de la limpieza. El balde del ama de llaves de desinfectante a base de amonio cuaternario contenía 9,3 × 10 4 UFC / ml de bacilos gramnegativos (principalmente Serratia marcescens(2) y una menor cantidad de Achromobacter xylosoxidans(3) ). La electroforesis en gel de campo pulsado demostró que los aislados de Serratia recuperados del desinfectante eran las mismas cepas que las recuperadas de las superficies de la habitación del paciente”.(4)
Algunas instituciones relatan como problema los desinfectantes. Desafortunadamente, es común que no se preparen las cantidades de desinfectante indicadas por el fabricante. El error puede ser humano o de la máquina que calcula la mezcla. O un asunto de escasez de producto. Aunque el agua y el jabón son útiles, no siempre son efectivos.
Finalmente, hay problemas con el suministro de los insumos suficientes y adecuados para realizar las limpiezas. Suele suceder que se utilice un paño inadecuado para la tarea. Los paños de algodón y de microfibra que contienen grandes cantidades de celulosa afectan la acción antimicrobiana del amonio cuaternario. Aunque limpien todas las superficies, la desinfección no está garantizada y, por el contrario, pueden transferir patógenos a otras áreas y superficies. Además, tal como sucede con otros materiales, los paños reutilizables tienen una corta vida útil, pues se deterioran por el uso de hipoclorito y el agua caliente. Los paños de microfibra tienden a ofrecer mejor rendimiento que los de algodón, pero aún no es claro si son los más efectivos en la eliminación de microorganismos.
Soluciones para mejorar la limpieza
Las soluciones deben estar encaminadas a mitigar los riesgos de contaminación. Así, si el personal que debe realizar la limpieza es nuevo o no tiene capacitación, ¿cómo se disminuye el riesgo de que no realice una buena limpieza? ¿Es posible que al entregar más toallas de uso único, tal como observan algunas instituciones, se realice una mejor limpieza? ¿Qué clase de paño ofrece más limpieza y más seguridad?
Los expertos aplican un principio claro para definir qué se requiere para la limpieza de las superficies: las cosas se limpian y desinfectan según se ensucien e infecten.
Cualquier tarea de limpieza y desinfección debe partir de comprender las actividades que se realizan en cada servicio y el riesgo presente.
¿Qué tipo de paño se recomienda para la limpieza?
En estas zonas la limpieza recurrente debe ser frecuente para evitar contaminación cruzada. Aquí, los paños deben tener una buena capacidad de arrastre, comportarse bien al ser usados con los productos para limpieza y desinfección y no disminuir el efecto antimicrobiano del amonio cuaternario. Deben garantizar un bajo desprendimiento de partículas, que se consideran contaminantes y, en el laboratorio, deterioran los equipos.
Se recomienda el uso de paños de uso único (puede ser en rollo) porque la limpieza debe ser frecuente en equipos y mesas de trabajo.
En la central de esterilización no es igual utilizar un paño que desprenda partículas a uno que no se deshilache, sea de celulosa, papel o textil. Las motas sirven de vehículo para los microorganismos y pueden actuar como cuerpos extraños en el organismo de un paciente. Es muy importante evitar que el paño de limpieza y secado deje motas en los equipos e instrumental esterilizados. Por eso se recomienda que sea resistente al rasgado.
Además, el paño debe ser absorbente para permitir un buen secado, porque la humedad tiende a inactivar la esterilización, romper los envoltorios y encubrir microorganismos.
En esta área el consumo es alto, por la actividad recurrente para limpiar y secar equipos e instrumental y limpiar mesas de trabajo.
Para limpiar las habitaciones y camas en unidades de cuidados especiales es ideal un paño que permita limpiar y secar las distintas formas de las superficies que deben ser limpiadas, como las barandas y mecanismos de la cama, la mesa, el atril, los patos y las jarras. Los paños de uso único resuelven mejor la tarea, porque invitan a no realizar la limpieza con un mismo paño entre las distintas superficies, por ejemplo, la cama y la silla del acompañante. Así, evitará contaminación cruzada. Además, el paño debe ser eficaz al trabajarlo con los productos para limpieza y con desinfectantes. Si tienen una alta capacidad de absorción y arrastre de partículas ayudarán a un mejor control de microrganismos.
Ningún procedimiento estará seguro en el hospital sino incluye el lavado de manos. En cualquiera de las técnicas a utilizar -higiénico o quirúrgico- el secado debe realizarse con paños descartables. Es común el uso de compresas para secarse, sin embargo, su costo resulta más elevado que el de los paños de uso único.
Es normal que el consumo sea muy alto, bien en rollo o doblados en «z».
Conclusión
La decisión sobre qué tipo de paño clínico utilizar en las tareas de limpieza y desinfección es muy importante para lograr altos estándares en la calidad de los servicios sanitarios. La mejora en las prácticas de limpieza y desinfección de superficies produce mejores resultados en la prevención y control de infecciones. Entender las necesidades de cada área de la institución es clave para determinar las mejores técnicas y productos a utilizar.
(1) Boyce, JM Tecnologías modernas para mejorar la limpieza y desinfección de superficies ambientales en hospitales. Antimicrob Resist Infect Control 5, 10 (2016).
(2) Serratia marcescens es un bacilo Gram negativo perteneciente a la familia Enterobacteriaceae, considerado un patógeno oportunista en pacientes inmunosuprimidos. Es causa importante de infecciones de vías urinarias, de neumonías, septicemias, meningitis, bacteriemias, endocarditis, peritonitis y osteomielitis, así como productora de brotes intrahospitalarios. Estrella Cervantes-García, Rafael García-González, Paz María Salazar-Schettino Proteínas de membrana externa de Serratia marcescens
(3) Microorganismo patógeno capaz de producir bacteriemia y otras infecciones.
(4) Boyce John M., Modern technologies for improving cleaning and disinfection of environmental surfaces in hospitals.
Por Katy Schuth B. – Redactora