Actualizado febrero 10 – 2022
Publicado julio 23 – 2020
Grandes avances de la medicina
en los últimos 100 años
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Hace poco más de 100 años no había antibióticos terapéuticos, ni vacuna contra la tuberculosis. Sin embargo, los escasos descubrimientos médicos logrados para esa época han sido determinantes para la humanidad.
En los últimos años, la medicina ha avanzado velozmente en la comprensión del cuerpo humano, de sus estructuras, y de cómo interactúa nuestro organismo en el entorno. El siglo XXI ha sido especialmente significativo en descubrimientos: los científicos han hallado respuestas que han modificado el qué hacer de la medicina y la historia de las enfermedades.
¿Cuáles son?
Sin duda, la lista es larga. No es fácil hacer una selección. Para hacerla, tomamos como criterios los descubrimientos que más vidas han salvado, los que más ayudan a la prevención de infecciones, aumentan la calidad y expectativa de vida de la especie humana y están revolucionado la medicina.
Estos son nuestros diez descubrimientos e innovaciones preferidas:
Las vacunas están catalogadas como el descubrimiento científico que más vidas ha salvado en la historia de la humanidad. Tienen más de 100 años, pero algunas de las más importantes se han desarrollado desde el siglo XX.
Hasta hace poco, las infecciones eran el primer factor de muerte en muchos países. Las campañas de vacunación han cambiado ese escenario. La mortalidad infantil ha descendido aún en países pobres. Enfermedades como la viruela han desaparecido (último caso registrado en 1979) y el virus del SIDA está controlado. Así mismo, la rabia, el tifus, la meningitis, la hepatitis A y B y el cólera.
Según la Organización Panamericana de la Salud, OPS, América es «considerada un modelo para el resto del mundo debido a que fue la primera en erradicar la viruela y la poliomielitis. Eliminó también la transmisión del sarampión autóctono y ha logrado un considerable avance en la eliminación de la rubéola y el síndrome de rubéola congénita (SRC). La difteria y la tos ferina han sido controladas, y el tétanos neonatal ya no constituye un problema de salud pública».(1)
En 100 años se han desarrollado cerca de 30 vacunas. Se esperan más. Las que se recordarán como un hito histórico serán las vacunas contra el COVID19. Se trata de nuevas tecnologías, terminadas en tiempo récord (menos de doce meses de comenzar la pandemia), que integró el interés de laboratorios e inversionistas como solución a la crisis sanitaria. Al 10 de enero de 2022, se habían aplicado en el mundo 9.370 millones de vacunas para un total del 50% de la población inmunizada,(2) un esfuerzo enorme desde el punto de vista de la producción y la logística.
Fleming descubrió accidentalmente el hongo penicillinium, hace poco menos de 100 años. Desde entonces, los antibióticos han cambiado el mal pronóstico de muchas enfermedades infecciosas y han salvado muchas vidas.
Actualmente, se discute el papel de los antibióticos en el desarrollo de enfermedades. En 2015, en la Asamblea Mundial de la Salud se adoptó el Plan de acción sobre la resistencia a los antimicrobianos. Se afirma que el uso indiscriminado y desordenado de los antibióticos reduce la potencia de los tratamientos, crea organismos multirresistentes y se modifican las floras bacterianas naturales. Se estima que esta podría ser una de las causas por las cuales tendremos más infecciones, epidemias y pandemias en el futuro próximo.
Será necesario comenzar campañas de buen uso de antibióticos, desmentir falacias y limitar su administración a casos necesarios, con el fin de salvaguardar el efecto individual y comunitario de los antibióticos en el mundo.
¿Los avances científicos, especialmente en biología, ayudarán al descubrimiento de nuevos y más potentes antibióticos, y al mejoramiento de los antibióticos actuales? (ver el descubrimiento número 4)
Esa es la esperanza.
Al preguntar qué descubrimientos científicos han salvado más vidas en el mundo muchas listas destacan la caracterización del tabaco como generador de muchos problemas para la salud.
Richard Doll publicó en 1954 una gran investigación sobre la relación entre tabaquismo y cáncer de pulmón. Habían entrevistado a más de 700 pacientes con cáncer. Sin embargo, la reacción del mundo médico no fue inmediata.
Años después, mostró evidencias del efecto del tabaco en las enfermedades coronarias y en otras 18 más. Antes de morir, pudo constatar que su mentada frase “fumar perjudica la salud” había logrado disminuir los hábitos de consumo en el mundo.
Este descubrimiento cambió a la sociedad y sigue salvando muchas vidas.
El proyecto Genoma Humano abrió el “libro de la vida” de los hombres. Apenas en el 2003, se anunció el primer borrador de la secuencia del genoma humano, una estructura clara de las letras y el orden de los genes de nuestro ADN. Ya no solo era más fácil conocer la evolución sino identificar cada gen responsable de enfermedad.
«Tener la secuencia esencial completa del genoma humano es similar a tener todas las páginas de un manual que se necesita para hacer el cuerpo humano. Ahora, el desafío para los investigadores y científicos es determinar la forma de leer el contenido de todas esas páginas, luego entender cómo trabajan todas las partes juntas y descubrir la base genética de la salud y la patología de las enfermedades humanas», explica National Human Genome Research Institute.(3)
Una de las consecuencias previsibles de este gran descubrimiento es la medicina personalizada: al conocer la composición genética de cada individuo, podrán establecerse sus riesgos y, por ende, los programas de prevención y tratamientos altamente eficaces.
Además, se hizo posible la modificación genética de células.
El genoma humano es una auténtica revolución científica.
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En los últimos 20 años, el área del diagnóstico molecular viene revolucionando los laboratorios clínicos en el mundo. La razón es simple: las nuevas técnicas agilizan los diagnósticos, son más sensibles y específicas.
Inicialmente, el diagnóstico molecular se dedicó a la comprensión de las enfermedades infecciosas. El seguimiento a pacientes con procesos infecciosos se volvió más confiable en la medida en que la enfermedad pudo ser diagnosticada con más precisión y se ajustaron los tratamientos. Es el caso, por ejemplo, del seguimiento a un paciente de trasplante al que se trataba por virus de la inmunodeficiencia humana y después se diagnosticó con tos ferina; otro con tratamiento por Staphylococcus aureus resistente a meticilina y que se diagnostica con chlamidia; y otra paciente con cáncer de cuello uterino con posible herpes a la que se diagnostica VRS, virus respiratorio sincitial.(4)
El diagnóstico molecular ha avanzado hacia otras áreas como el cáncer y las enfermedades genéticas.
Los pacientes son los más beneficiados con las técnicas moleculares, porque permiten diagnósticos claros y tratamientos óptimos.
En el año 2020, se realizaron aproximadamente 129 mil trasplantes de órganos en el mundo, un diez por ciento de las necesidades del mundo, según la OMS.
Trasplante de órganos en el mundo
2020
Los trasplantes siguen siendo intervenciones asombrosas, complejas y con una gran carga ética.
La primera fue en 1954, de riñón. Pocos años después, siguieron las de hígado y las de corazón. Hoy se realizan además procedimientos de trasplantes de tejidos:
Los trasplantes desafían las técnicas quirúrgicas y la inmunología. Y la moral de muchos que se cuestionan sobre la corporalidad de la muerte y los efectos energéticos de los órganos en los trasplantados o quién merece una segunda oportunidad.
Las campañas para donación de órganos seguirán siendo importantes.
Las enfermedades cardiovasculares son la causa número uno de muerte en todo el mundo y representan aproximadamente el 10% del total de la carga mundial de morbilidad. Las cardiopatías representan en estos momentos el 16% del total de muertes debidas a todas las causas. (5)
Las cirugías y cuidados cardíacos suelen mejorar y extender considerablemente la vida de los pacientes. Los injertos de arteria coronaria son tal vez la innovación más importante de los últimos años. Aunque algunos aseguran que debiera ser la disminución del riesgo al paciente durante la cirugía y el postoperatorio o la posibilidad de conectar al paciente a una máquina de derivación cardiovascular, permitiendo detener el corazón para poder operarlo.
El mundo seguirá en campaña para aumentar los cuidados y reducir los indicadores.
La tecnología también ha revolucionado la medicina en los últimos años. Hasta hace poco tiempo, el médico utilizaba la entrevista al paciente como su mejor herramienta para el diagnóstico. No solo era el momento de realizar preguntas sino de observar signos externos, palpar y escuchar el corazón.
Ahora, los médicos disponen de equipos de imagenología como el TAC y la resonancia magnética nuclear. Las tomografías axiales y por emisión de positrones para analizar tejidos. Los laboratorios disponen de constantes químicas, hormonales y celulares y han aumentado las pruebas que pueden realizarse para un mejor diagnóstico del estado de un paciente. La endoscopía permite explorar con precisión todas las cavidades del ser humano.
Ya no se concibe la práctica médica sin estas herramientas.
Ahora, es posible intervenir pacientes en todo su organismo, en áreas tan complejas como el cerebro, los ojos y el corazón.
Los médicos se acostumbrarán a las nuevas técnicas quirúrgicas. Cirugías robóticas, por ejemplo. En ellas el cirujano no tiene que trabajar sobre el paciente. Un robot lo hace. El médico está frente a una consola desde donde dirige los brazos del robot y visualiza imágenes tridimensionales del paciente.
También, puede dirigir una intervención a distancia, con la ayuda de robots y redes de comunicación de alta velocidad. El cirujano puede estar en su sede en Colombia y operar a un paciente en Bolivia.
Esto abre un mundo de nuevas posibilidades.
Algunos consideran que la vacuna para la viruela es el hito inicial que marca el comienzo de la historia de la inmunología. Sin duda, una vacuna que cambió la vida en el mundo. Sin embargo, los hallazgos inmunológicos de los últimos años han sido tan importantes para la medicina que han merecido en varias ocasiones el Premio Nobel.
En el 2011, Bruce A. Beutler y Jules A. Hoffmann ganaron el Nobel por el descubrimiento de la habilidad del organismo a activar la inmunidad innata por medio de proteínas receptoras capaces de reconocer patógenos, producir inflamación para bloquear la agresión y destruir microorganismos. También, ese mismo año, Ralph M. Steinman obtuvo el Nobel de Fisiología y Medicina por el descubrimiento de las células dendríticas, responsables de impulsar y controlar la respuesta inmune adaptativa para eliminar definitivamente un patógeno del organismo.
Conocer el sistema inmune ha permitido el desarrollo de vacunas eficaces, trasplantes exitosos de órganos, tratamientos de cáncer y enfermedades autoinmunes.
Conclusión
Los avances en la medicina de los últimos años tienen el carácter de “revolucionarios”, porque están modificando la manera de abordar los diagnósticos y las terapias. Las vacunas seguirán siendo importantes en la historia de la medicina, porque son el descubrimiento que probablemente más vidas ha salvado en la historia de la humanidad. Los científicos seguirán buscando respuestas para avanzar en el qué hacer de la medicina y en encontrar la cura para las enfermedades que siguen poniendo en riesgo a la población mundial.
(1) https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/49179/9789275316320_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
(2) Dato de https://ourworldindata.org/covid-vaccinations?country=OWID_WRL
(3) https://www.genome.gov/11510905/preguntas-maacutes-frecuentes
(4) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864015001546