Tu mascota en buenas manos:
reconoce una clínica que cuida de verdad
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Como tutores de mascotas, hacemos cualquier cosa por nuestros compañeros de vida. Nos levantamos a la hora que nos necesitan, suspendemos el trabajo para jugar con ellos. Nos quedamos sentados para no interrumpir su siesta. Verificamos su alimentación, les damos esencias florales para calmarlos y contratamos paseadores. Su bienestar es nuestra prioridad.
Y cuando necesitan atención médica, esperamos que el lugar al que los llevamos comparta ese mismo compromiso. Pero, ¿cómo reconocer las buenas prácticas que demuestran que una clínica cuida cada detalle? ¿Qué señales pueden darnos tranquilidad sobre la bioseguridad del lugar?
En este artículo describimos siete buenas prácticas durante la consulta, que reflejan un cuidado responsable y profesional. Estas medidas forman parte esencial del plan de prevención y control de infecciones, tanto en los pacientes animales como en sus familias humanas.
¿Cómo se transmiten las infecciones entre mascotas y personas?
La seguridad en un entorno veterinario es un sistema completo que integra protocolos, personal capacitado y materiales de alta calidad para proteger a nuestros animales de riesgos visibles e invisibles. Y no solo a ellos.
Un animal infectado durante su atención veterinaria puede transmitir esa infección a su familia humana. Es un riesgo real, aunque variable. Hay casos documentados de MRSA (una enfermedad causada por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), de Salmonella adquirida por animales hospitalizados y transmitida por el manejo inadecuado de heces, y de dermatofitosis o tiña que, al contagiar a una mascota, puede diseminarse especialmente entre los niños.
Este tipo de transmisión entre animales y humanos se conoce como zoonosis. En una clínica veterinaria es factible que los pacientes presenten bacterias, parásitos entéricos y hongos. Cuando se aplican prácticas seguras, no solo se protege al paciente, sino también a su entorno familiar.
¿Cuándo puede ocurrir una zoonosis?
La transmisión de infecciones puede ocurrir especialmente en estos casos:
1. Si el animal adquiere una infección durante su atención.
Algunas bacterias multirresistentes como MRSA, Clostridium difficile, Pseudomonas spp., Salmonella o Campylobacter pueden transmitirse por contacto directo con objetos contaminados o desde el personal humano. Las enfermedades pueden propagarse a través del aire, el contacto con mucosas o fluidos corporales (saliva, mucosidad, sudor) o por contacto con heridas.
2. Si convive con personas especialmente vulnerables,
como quienes tienen su sistema inmune comprometido, adultos mayores, niños pequeños o pacientes con heridas abiertas. Ellos tienen mayor probabilidad de desarrollar una infección.
3. Si no se siguen protocolos adecuados de higiene,
como el uso de insumos estériles, lavado de manos, uso correcto de guantes y manejo adecuado de secreciones y residuos.
Una clínica con protocolos de grado hospitalario actúa como una barrera eficaz para cortar las cadenas de transmisión de microorganismos: de animal a animal, animal a humano y humano a animal.
Las 7 señales de un cuidado veterinario de excelencia
La bioseguridad es el conjunto de prácticas que evitan infecciones, contagios y complicaciones durante y después de la atención. Si bien muchos protocolos no son visibles —como la preparación de la sala quirúrgica o la esterilización de instrumentos—, sí hay señales claras que pueden observarse. Esta guía te ayudará a reconocer clínicas que se toman tan en serio la protección de las mascotas como tú.
La bioseguridad se nota desde que entras. Una clínica bien gestionada muestra señales claras de cuidado constante del entorno. El orden y la limpieza son formas concretas de proteger a tu mascota y favorecer una recuperación sin complicaciones.
- No hay olores desagradables ni perfumes que intenten enmascararlos. Huele a limpio o a desinfectante.
- No se observan acumulaciones de pelos, plumas, líquidos o materias.
- Hay estaciones con alcohol o gel desinfectante.
- Las papeleras están limpias y con tapa.
- Las áreas de espera, consulta y hospitalización están diferenciadas y organizadas.
La mesa donde examinan a tu mascota es uno de los puntos de contacto más comunes. La práctica más segura es ofrecer un nuevo comienzo para cada paciente. Estas acciones son la primera línea de defensa contra la contaminación cruzada:
- Se limpia y desinfecta la mesa entre paciente y paciente.
- Se cubre con paños o protectores súper absorbentes de uso único.
- El veterinario se lava las manos y utiliza guantes nuevos para cada animal.
El uso de insumos estériles de un solo uso —como sets quirúrgicos, EPP o paños— disminuye significativamente el riesgo de infecciones cruzadas. Es una señal de que la clínica prioriza la seguridad de pacientes y personal en cada procedimiento.
- El personal usa guantes para cada paciente.
- Las gasas, jeringas y demás insumos son nuevos y desechables.
La esterilidad de los equipos es un estándar básico de calidad para cualquier procedimiento, desde una limpieza dental hasta una cirugía.
- Muchas clínicas los abren frente al tutor como señal de transparencia.
- Usan envolvederas de un solo uso que aseguran esterilidad hasta el momento del procedimiento.
- Clínicas con altos estándares suelen hablar con orgullo de su autoclave y sus procesos.
El uso adecuado del equipo de protección personal (EPP) revela un compromiso con la bioseguridad y la prevención de zoonosis. La forma en que el equipo se protege a sí mismo refleja cómo cuida a sus pacientes.
- El personal se lava las manos o usa gel entre cada paciente.
- Usa el cabello recogido y uñas cortas sin esmalte.
- Se cambia los guantes tras cada procedimiento.
- Viste uniformes limpios y, durante procedimientos, emplea batas de un solo uso, mascarillas de alta filtración, polainas y gorros médicos.
En medicina humana, el uso de insumos descartables es estándar. Las telas no tejidas, por ejemplo, ofrecen una mejor barrera frente a microorganismos que las telas reutilizables. Este protocolo también está ganando espacio en el mundo veterinario.
- Uso de guantes de látex o nitrilo para evitar contacto directo con heridas.
- Campos quirúrgicos de uso único para controlar bien la herida y los fluidos.
- Batas, polainas, gorros y mascarillas que protegen tanto al equipo como a los pacientes.
- Toallas y paños desechables que no dejan residuos y son más seguros.
Una clínica con protocolos sólidos educa e informa al tutor sobre los cuidados posteriores. Esto demuestra transparencia, responsabilidad y empatía.
- Explican los riesgos de una cirugía o internación.
- Dan recomendaciones claras para el cuidado en casa.
- Informan sobre riesgos potenciales y cómo prevenirlos.
Conclusión
Nuestra mascota no puede elegir a su médico. Nos corresponde tomar esa decisión. Conocer e identificar buenas prácticas en bioseguridad nos permite acompañar mejor el trabajo que realizan las clínicas comprometidas con el cuidado integral.
Algunas infecciones adquiridas en un entorno clínico pueden transmitirse a humanos, sobre todo si son niños, adultos mayores o personas inmunosuprimidas. Por eso, cuando una clínica protege a nuestra mascota con insumos descartables y protocolos estrictos, también está cuidando al resto de la familia.
¡Comparte esta información para que estemos más seguros y protegidos frente a infecciones!
Por Katy Schuth B. – Redactora