Actualizado enero 14 – 2025
Publicado agosto 5 – 2021
Bacterias Gram resistentes:
estrategias para reducir el riesgo
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7 min
La presencia de bacterias Gram resistentes a los antimicrobianos es un hecho científico y sanitario de gran importancia para el mundo. Estos son los riesgos y las soluciones que tenemos a mano.
En muchos hospitales en el mundo se ha comenzado a levantar el velo que cubre la problemática de las infecciones causadas por bacterias Gram positivas y negativas como una medida para encontrar soluciones a este problema, uno de los más graves riesgos que enfrenta la humanidad: la resistencia de ciertas bacterias a los medicamentos conocidos.
En los exámenes de laboratorio es común detectar bacterias grampositivas y gramnegativas, que suelen explicar las infecciones en pacientes. Estas son regularmente tratadas con antibióticos. Sin embargo, hay unas cepas resistentes a los antimicrobianos y exponen a los pacientes a riesgos importantes. Estos pacientes tendrán que pasar una larga temporada en el hospital, a veces en UCI, recibirán dosis de distintos fármacos para tratar de controlar la infección, sus organismos se podrían debilitar y demorar en recuperarse, y algunos morirán.
Un estudio global sobre resistencia antimicrobiana en la región de las Américas, liderado por la Universidad de Oxford y el más completo que se haya realizado a la fecha, concluyó que, en 2019, dos de cada cinco muertes por infecciones en Latinoamérica se relacionan con la resistencia antimicrobiana[1].
Esta contingencia también es crítica para los profesionales de la salud y la institución: el manejo de estas infecciones es incierto, causa alta preocupación en los equipos médicos, genera muchos gastos en medicamentos, exámenes y cirugías y puede, entre otros, dañar la reputación de la institución.
¿Qué son las bacterias grampositivas y gramnegativas?
La relación entre bacterias Gram y resistencia a los antimicrobianos es bien conocida en las unidades de cuidados intensivos. Las infecciones que se tratan en estas áreas son causadas principalmente por bacterias Gram negativas.
Las bacterias grampositivas y gramnegativas se diferencian por la estructura de sus paredes celulares, lo que determina su coloración tras la tinción de Gram, un proceso químico aplicado en los laboratorios.
Grampositivas:
Se tiñen de azul o violeta. Muchas bacterias grampositivas conviven con los seres humanos sin provocar enfermedades. Otras sí lo hacen y los pacientes reciben diagnósticos de difteria, infecciones por enterococos, listeriosis, infecciones neumocócicas, por Staphylococcus aureus, por estreptococo o incluso, síndrome de shock tóxico.
Gramnegativas:
Se tiñen de rojo. Las bacterias gramnegativas tienen una membrana externa que las protege de los glóbulos blancos, responsables de atacar los agentes patógenos, y que ofrece resistencia a algunos antibióticos. Esta membrana libera endotoxinas, una sustancia tóxica, que agrava los síntomas de la infección. Las bacterias Gram negativas son una causa importante de neumonía, peritonitis, infecciones en vías urinarias, infecciones en torrente sanguíneo, infecciones en sitio quirúrgico, cólera, infecciones por E. coli, infecciones por Klebsiella, salmonelosis (incluyendo fiebre tifoidea) y tosferina (causada por la bacteria Gram negativa Bordetella pertussis).
Ambos grupos han desarrollado mecanismos de resistencia a los antibióticos mediante cambios genéticos: se han adaptado o han adquirido genes que van codificando los mecanismos de resistencia y se hacen más fuertes para resistir y atacar. Esos mecanismos siguen en continua evolución. La multi-resistencia plantea retos urgentes para la medicina moderna.
¿Por qué las bacterias Gram son un problema?
En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó por primera vez una lista de las bacterias resistentes más peligrosas, entre las que se destacaban las bacterias Gram negativas. Desde entonces, la lista se ha actualizado. De acuerdo con los informes, la resistencia a los antimicrobianos es una de las diez principales amenazas a la salud pública.
La lista incluye tres categorías de acuerdo con la urgencia para conseguir nuevos medicamentos efectivos: crítica, elevada y media. La categoría crítica representa las mayores amenazas para la salud humana. Las bacterias Gram negativas en esta categoría son resistentes a la mayoría de los antibióticos disponibles, lo que hace que las infecciones que causan sean extremadamente difíciles y, a veces, imposibles de tratar. La prioridad alta supone una amenaza importante y también requieren nuevos tratamientos; y la prioridad media presenta bacterias con menor riesgo que las otras categorías, pero se deben entender como una amenaza creciente.
Bacterias prioritarias para la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos.
Actualizada en 2024[2]
Organización Mundial de la Salud
Prioridad: crítica
Acinetobacter baumannii Gram negativa
Resistencia a:
Carbapenémicos
Infecciones comunes que causan:
Infecciones graves en hospitales (neumonía, infecciones del torrente sanguíneo, infecciones de heridas), especialmente en pacientes con sistemas inmunitarios debilitados.
Pseudomonas aeruginosa Gram negativa
Resistencia a:
Carbapenémicos
Infecciones comunes que causan:
Infecciones graves en hospitales, especialmente en pacientes con fibrosis quística, quemaduras o que utilizan ventiladores mecánicos.
Enterobacterales (ej. E. coli, Klebsiella pneumoniae) Gram negativa
Resistencia a:
Carbapenémicos
Infecciones comunes que causan:
Amplia gama de infecciones, incluyendo infecciones del tracto urinario, neumonía e infecciones del torrente sanguíneo.
Prioridad: alta
Enterococcus faecium Gram positiva
Resistencia a:
Vancomicina (ERV)
Infecciones comunes que causan:
Infecciones en hospitales, especialmente en pacientes con estancias prolongadas o que han sido sometidos a cirugías.
Staphylococcus aureus (SARM) Gram positiva
Resistencia a:
Meticilina
Infecciones comunes que causan:
Variedad de infecciones, desde infecciones de la piel hasta infecciones más graves como neumonía y sepsis.
Salmonella spp. Gram negativa
Resistencia a:
Fluoroquinolonas
Infecciones comunes que causan:
Salmonelosis (infección alimentaria).
Neisseria gonorrhoeae Gram negativa
Resistencia a:
Cefalosporinas
Infecciones comunes que causan:
Gonorrea (infección de transmisión sexual).
Prioridad: media
Streptococcus pneumoniae Gram positiva
Resistencia a:
Macrólidos
Infecciones comunes que causan:
Neumonía, meningitis y otras infecciones respiratorias.
Haemophilus influenzae Gram negativa
Resistencia a:
Ampicilina
Infecciones comunes que causan:
Infecciones respiratorias, meningitis y otras infecciones, especialmente en niños.
Shigella spp. Gram negativa
Resistencia a:
Fluoroquinolonas
Infecciones comunes que causan:
Shigelosis (infección intestinal que provoca diarrea).
Estas bacterias representan un riesgo especial en hospitales y centros de atención sanitaria, donde los pacientes son particularmente vulnerables debido a su estado de salud y los procedimientos invasivos que reciben. Muchas de las bacterias de mayor prioridad son Gram negativas, debido a esa membrana externa adicional que las hace intrínsecamente más resistentes a muchos antibióticos.
En las instituciones sanitarias hay factores que contribuyen a la diseminación:
Los procedimientos que se realizan durante la hospitalización, tales como el catéter venoso central, la sonda vesical, la intubación orotraqueal y la ventilación mecánica artificial son momentos de alto riesgo para el comienzo de una IAAS.
¿Cómo podemos enfrentar este problema?
La singular capacidad de las bacterias Gram para causar morbimortalidad y la baja disposición de tratamientos es lo que ha llamado la atención de científicos y expertos en el mundo entero. El peor escenario al que nos enfrentamos es a una pandemia o a varias pandemias simultáneas de infecciones para las cuales no haya tratamiento efectivo.
Las soluciones por lo tanto están enfocadas en la prevención:
Conclusión
El control de las bacterias gramnegativas y grampositivas resistentes a los antimicrobianos es una contribución a la humanidad. Podemos hacer mucho por la salud del mundo si nos acogemos a estas tres prácticas esenciales: higiene de manos, aislamiento de fuentes de contaminación y limpieza del entorno. Crear un ambiente sano, un ambiente no propicio para las bacterias es una salida práctica mientras las innovaciones de antimicrobianos tradicionales y no tradicionales progresan.
Conoce cómo los EPP y los paquetes quirúrgicos diseñados por UM contribuyen a prevenir el riesgo de contacto con bacterias.
Por Katy Schuth B. – Redactora