Avances en la tecnología
en la ropa quirúrgica de uso único
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Algunos afirman que el obturador para modificar las costumbres y las normas sobre los elementos de protección personal para los profesionales de la salud fue la crisis sanitaria desatada por el SIDA, a finales del siglo XX. Fue a partir de ese momento que se ordenó minimizar el riesgo de contacto con sangre: las batas quirúrgicas debían proteger más, debían evitar absorber sangre y no dejar traspasar los fluidos corporales entre paciente y profesional de la salud para disminuir los riesgos de infección.
El desarrollo de nuevos textiles, materias primas y productos médicos aumentó. Este fue un momento clave en el desarrollo de la ropa quirúrgica. Pero no ha sido el único.
Hoy, después de muchos años de investigación, podemos dividir la ropa quirúrgica en productos de alto desempeño, diseñados para intervenciones con alto riesgo de infección y penetración de líquidos, y de desempeño estándar, para procedimientos con riesgos menores por la duración, técnica y volumen de fluidos. Esta clasificación se aplica a los productos descartables y a los reutilizables.
Las batas y paquetes quirúrgicos de uso único son los favoritos de las instituciones de salud en muchos países de Europa, Asia y América del Norte.
En América Latina el proceso de cambio de ropa tejida a no tejida de uso único avanza.
¿Qué es lo que provoca el cambio? ¿Qué es lo que la tecnología ha sido capaz de resolver para que se extienda el uso de la ropa quirúrgica descartable en las instituciones de salud?
La tecnología textil y la de la salud han estado dando respuesta a las necesidades de protección y también a las objeciones que escuchan de los usuarios de estos dispositivos médicos.
Qué se espera de la ropa quirúrgica
Las batas y paquetes quirúrgicos son dispositivos médicos y como tales deben cumplir requisitos básicos para garantizar su seguridad y protección estipulados en la normatividad (en Colombia existe requerimiento de registro sanitario INVIMA para los dispositivos médicos de uso único, no para las batas y paquetes quirúrgicos reutilizables). Las condiciones mínimas que se exigen en muchos países para valorar la ropa quirúrgica son:
Si uno de estos parámetros no se cumple, la bata, el paño o el campo quirúrgico no deberá usarse más y deberá ser descartado.
En general, los análisis que se han realizado apuntan a que los textiles no tejidos, utilizados como materia prima para la ropa quirúrgica de uso único, son más seguros, porque son más resistentes, cumplen mejor como barrera protectora frente a los microrganismos patógenos presentes en los fluidos corporales de pacientes y equipo médico y liberan menos partículas que puedan provocar infecciones en sitio quirúrgico. Además, tienen un comportamiento óptimo en el proceso de esterilización.
Sin embargo, en la medida en que su uso se ha extendido, también han surgido más inquietudes.
Inquietudes ante la ropa quirúrgica de uso único
Muchas de las preguntas que se escuchan sobre la ropa quirúrgica de uso único tienen origen en una mala experiencia que el profesional de la salud o la institución tuvo alguna vez con un producto de baja calidad y/o un proveedor:
Estas situaciones son comunes en productos de baja calidad y en proveedores con poca experiencia. Seguramente, en algunos lugares, industrias inexpertas los seguirán ofreciendo y afectarán la evaluación sobre la ropa quirúrgica de uso único. Por lo tanto, en cualquier proceso de adquisición de estos dispositivos exigir certificaciones de calidad en los procesos de los proveedores será una medida segura.
En general, podemos afirmar que estas son las inquietudes más frecuentes de los profesionales y las instituciones sobre la ropa quirúrgica. Veamos cómo las viene resolviendo la tecnología:
Sin duda, la comodidad térmica es importante en un quirófano.
De un lado, para el paciente es más seguro conservar la temperatura. Cubrirlo con un material que ayude a mantener su temperatura corporal ayudará a disminuir el riesgo de infecciones y, si durante la intervención permanece despierto, no sentir frio aumentará su tranquilidad.
De otro lado, para los profesionales de la salud sentirse cómodos equivale a reducir el estrés o la distracción por el calor.
Es un asunto complejo. No se trata solo de la bata que visten los profesionales de la salud. Hay otros factores que contribuyen a elevar la temperatura, limitan la disipación del calor y provocan incomodidad: la temperatura ambiente, cada uno de los elementos de protección personal y los equipos adicionales.
Uno de los grandes retos de la tecnología de uso único ha sido lograr comodidad y evitar el estrés fisiológico con batas adecuadas. La dificultad radica en poder compaginar la seguridad y la comodidad con las sensaciones subjetivas que perciben los profesionales de la salud.
En un artículo publicado en 2011 sobre el tema, se dice:
«Leonas (1998) encontró que la porosidad de las telas tejidas probadas aumentaba después del lavado y propuso que la estructura más abierta mejoraría el nivel de comodidad de las batas.»
Los mismos autores refieren que:
«En el estudio de Stanley (1994), se evaluó que las telas no tejidas para batas eran más frías que las reutilizables debido a su menor peso. Fisher (2006) encontró que se afirmaba que las telas no tejidas con estructura SMS tenían el mismo nivel de comodidad que las prendas hechas de microfibras. Sin embargo, los niveles de comodidad de las telas no tejidas convencionales se han visto desafiados debido a la baja permeabilidad al aire y la tasa de transmisión de vapor de humedad (Lee y Obendorf, 2007a, b).»
En esos años, era evidente que la industria invitaba a decidir entre seguridad para el paciente y el profesional de la salud (y tranquilidad por no estar empapado de sangre y otros fluidos corporales) o comodidad térmica. Las batas tradicionales y las descartables con materiales adicionales (refuerzos, laminados, films o películas) para mejorar el control de fluidos y antideslizamiento eran calificadas como «más calientes». Estas mejoras implicaban también menos transferencia de calor y más sudoración.
Hoy, la industria ofrece materiales no tejidos que cumplen como barrera anti fluidos y son suaves y más frescas. Este avance de la tecnología se percibe claramente entre los usuarios de batas y campos quirúrgicos de uso único. Union Medical, por ejemplo, recibe muchos comentarios positivos sobre la capacidad protectora de los productos y sobre el avance percibido buscando mejorar la sensación térmica.
La tecnología continúa avanzando en la investigación y desarrollo de productos. Ya existen telas no tejidas y materiales de uso único capaces de reaccionar a los estímulos emitidos externa o internamente para mantener el nivel deseado de temperatura. Mientras se integran a la industria de la salud y en un futuro podamos ofrecer productos inteligentes que se adapten a las condiciones de cada paciente y de cada profesional de la salud, es posible resolver la incomodidad térmica con batas y campos quirúrgicos de alto desempeño: estos productos tienen el mejor equilibrio posible entre protección y comodidad térmica. Están diseñados para cirugías de larga duración, alto y medio-alto volumen de fluidos. Tienen refuerzos en zonas de más riesgo y en las otras partes entregan materiales más permeables al aire. Un profesional que se protege y cuida que su paciente tendrá mínimos riesgos de infección y puede encontrar una gran diferencia en este tipo de productos.
Las propiedades hidrófobas e hidrófilas de las fibras, de elasticidad y rigidez de los hilos / tejidos y la densidad de los tejidos es lo que suele causar incomodidad al usuario de una bata quirúrgica. Si la bata es tradicional y queda un poco apretada, la sensación de estrechez será menor que si usa una bata descartable apretada.
La condición «libertad de movimiento» se considera en extremo importante. Las batas quirúrgicas suelen ser incómodas cuando:
La tecnología ha solucionado este inconveniente así:
Las batas descartables y los paquetes quirúrgicos de uso único pueden parecer, a simple vista, más costosos que los paquetes armados en la institución con telas y materiales reutilizables. Sin embargo, al efectuar el ejercicio del costo/beneficio y comparar ambas alternativas, la relación cambia y se encuentra que la ropa quirúrgica de uso único resulta más conveniente para la rentabilidad de la institución hospitalaria:
Este es sin duda uno de los grandes logros de la tecnología, porque el producto ropa quirúrgica tiene capacidad de generar valor y ser más que un costo.
Los desechables económicos arrojan más partículas que los reutilizables y que los de uso único de buena calidad.
Los materiales de uso único de buena calidad presentan muy bajo desprendimiento de partículas mientras que los materiales tradicionales desprenden motas, hilos y hebras.
Las partículas se consideran un alto riesgo para el paciente, porque pueden provocar una infección grave: un cuerpo extraño entra al organismo del paciente por la herida, comienza un proceso infeccioso que genera gastos extras en el tratamiento e incluso puede causar la muerte del paciente. Por lo tanto, esta condición debe controlarse en la sala y en lavandería y esterilización.
Un insumo o dispositivo que libere partículas aumenta los costos de limpieza y mantenimiento.
La tecnología ha resuelto este problema con materiales de buena calidad, que resisten las tareas y maniobras necesarias en la central de esterilización, salas de hemodinamia y quirófanos, lo que permite evitar problemas ocasionados por el desprendimiento de partículas y disminuye el riesgo de infección.
Las batas, envolvederas, sábanas, campos quirúrgicos y cobertores en materiales no tejidos se usan solo una vez, lo que puede parecer contrario a ser «amigables con el medio ambiente».
Otras personas argumentan que poder desechar rápidamente los elementos contaminados es un proceso sostenible, porque están disminuyendo el riesgo de provocar infecciones asociadas a la atención sanitaria a los pacientes, al personal, a la comunidad y a la población en general.
Esta observación es importante y necesita tiempo de discusión. Por ejemplo:
Al pensar en un modelo de desarrollo sostenible enfocado en la economía circular, los residuos por la disposición final de la ropa quirúrgica de uso único debieran integrarse de nuevo a la cadena productiva. Así, se valorizará el material descartado (los residuos generarán valor económico a la institución) y se ocasionará un menor impacto ambiental: se reducirá la huella de carbono asociada al transporte y aumentará el aporte social al controlar el riesgo de infecciones. Los nuevos sistemas de disposición final así lo prometen.
Conclusión
La tecnología mediante la combinación de diferentes materias primas y la industria de la salud prácticamente han resuelto las inquietudes relacionadas con la ropa quirúrgica de uso único: cada vez ofrecen más comodidad térmica y más libertad de movimiento; ofrecen baja emisión de partículas; demuestran que son costo-efectivas y por lo tanto agregan valor (rentabilidad) y no costo a la operación; y prolongan el ciclo de vida con novedosos sistemas de disposición final. Las innovaciones mejoran los materiales y mantienen el principal atributo: ser capaces de proteger a pacientes y equipo médico de las infecciones.
Por Katy Schuth B. – Redactora