Cómo elegir textiles adecuados
para entornos de riesgo biológico
Tiempo de lectura:
6 min
¿Qué diferencia hay entre «impermeable», «resistente al agua» y «absorbente»? Entender estas características es clave para decidir que elementos de protección personal e insumos son los que realmente requiere una organización con exposición a riesgos biológicos.
La elección de textiles para entornos que manejan riesgo biológico, tales como hospitales, laboratorios, veterinarias, agroindustrias, investigación y saneamiento, es una decisión crítica para garantizar la seguridad del personal y de la comunidad. Sin embargo, no siempre es claro qué características buscar en los materiales de los elementos de protección personal (EPP) e insumos para minimizar riesgos y aumentar productividad. Conceptos claves como impermeabilidad, resistencia al agua y absorbencia suelen generar confusión. En este artículo, exploramos estas tres características esenciales de los textiles especializados.
Por qué los textiles especializados son cruciales para la seguridad
Los textiles utilizados en ambientes médicos y en organizaciones con riesgo biológico deben cumplir con este propósito: garantizar la protección contra agentes tóxicos y patógenos. Su calidad tiene un impacto directo en:
Los textiles capaces de aislar al usuario de microorganismos peligrosos actúan como barrera para impedir la transmisión de virus, hongos, bacterias y parásitos. Para lograrlo deben tener un comportamiento especial frente a la humedad: ser impermeables, repeler líquidos, absorber o una combinación de estas propiedades son indispensables para la seguridad y la productividad en la organización.
Los textiles especializados se aplican en:
Elementos de protección personal
Paños de limpieza
3 propiedades esenciales de los textiles especializados
Cada propiedad de un material especializado proporciona protección a los usuarios de los EPP y a los equipos, de acuerdo con el nivel de riesgo. Lo importante es determinar qué propiedad se requiere para qué momento de riesgo. Conocer la capacidad de un textil es el secreto de una buena elección.
1. Repelencia / resistencia al agua
Un material resistente al agua es el que demora la absorción de humedad. Significa que los líquidos no penetran inmediatamente en el material; las gotas se quedan sobre la superficie, hasta que algunas se secan, otras ruedan y otras traspasan el tejido. Esta condición es importante: la repelencia implica que un textil resiste temporalmente la humedad, lo que resulta fundamental al diseñar EPP e insumos para los que el contacto con fluidos sea limitado o moderado.
Factores clave:
Usos prácticos:
2. Impermeabilidad
Un material impermeable bloquea completamente el paso de líquidos y agentes contaminantes, lo que lo hace indispensable en EPP para riesgos biológicos con moderado a alto volumen de líquidos. Un material impermeable no admite el paso de líquidos. Un ejemplo claro es un guante, un delantal plástico o unas gafas protectoras.
Estos materiales ofrecen una protección prolongada.
Aplicaciones en EPP:
3. Absorbencia
La absorbencia permite que un textil retenga líquidos en su estructura, contribuyendo a mantener un ambiente seco y seguro. El material se deja impregnar de humedad.
Esta propiedad varía de textil a textil, dependiendo de:
La humedad es una condición propicia para los hongos, las bacterias y virus y por eso, absorber, secar bien, es una tarea que corta la propagación de estos microorganismos. Además, agilizan el trabajo de limpieza, liberando tiempo para otras tareas.
Aplicaciones en EPP y entornos sanitarios:
Conclusión
Las características de los textiles especializados son esenciales en el diseño de equipos de protección personal para entornos de riesgo biológico, en los que es necesario controlar la humedad con materiales resistentes al agua, impermeables, absorbentes o una combinación de estos factores. Comprender estas propiedades permite elegir los materiales adecuados para garantizar la seguridad del personal que trabaja en condiciones de riesgo biológico.
Una selección adecuada no solo protege contra agentes patógenos, sino que también contribuye a la optimización de costos y a la sostenibilidad operativa, haciendo frente a los desafíos que enfrentan las instituciones sanitarias y laborales en el mundo actual.
Por Katy Schuth B. – Redactora