Actualizado noviembre 5 – 2024
Publicado septiembre 8 – 2021
La incidencia de los paquetes
quirúrgicos en obstetricia
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El manejo adecuado de los riesgos de infección en partos y cesáreas es esencial para la salud de madres, bebés y personal sanitario. Los paquetes quirúrgicos de uso único, especialmente diseñados para procedimientos de obstetricia, minimizan el contacto con fluidos corporales y aseguran una temperatura estable, lo cual es crucial en ambos tipos de parto.
Los partos en hospitales son la opción más segura para las madres y los bebés, tanto si es vaginal como por cesárea. Aun así, en este ambién controlado, prevalece el riesgo de una infección. En el mundo, cada año, ocurren cerca de cinco millones de infecciones relacionadas con el embarazo.
“La tasa de incidencia para infecciones y sepsis materna en 2019 correspondiente a la Región de las Américas fue entre 582 y 681 cada 100.000 habitantes. Alrededor del 8% de las muertes maternas corresponden a muertes asociadas con sepsis e infecciones.”[1]
Las infecciones más comunes durante el parto incluyen:
- En partos vaginales: endometritis posparto (infección del revestimiento del útero) y heridas perineales infectadas.
- En cesáreas: infección en la incisión quirúrgica, endometritis poscesárea e infección del tracto urinario.
- En partos vaginales y cesáreas: sepsis puerperal e infecciones respiratorias por factores externos.
El riesgo de infección en cesáreas se considera alto. Se estima que la infección posparto tiene tres veces más probabilidades de ocurrir después de una cesárea que después de un parto vaginal; el riesgo de infección en el sitio quirúrgico (ISQ) tiene una incidencia entre el 3% y el 15%[2]. La incisión puede infectarse si no se realizan las tareas de profilaxis correctamente, pero también si los materiales del kit quirúrgico no son los adecuados.
Factores de riesgo y la importancia del paquete quirúrgico en obstetricia
Los factores de riesgo de las infecciones asociadas a la atención sanitaria durante el parto son diversos. Incluyen factores socioeconómicos, estado de salud de la paciente, duración del trabajo de parto, preparación preoperatoria, técnica quirúrgica, número de exámenes vaginales practicados, adhesión a los protocolos de prevención y control de infecciones de la institución, condiciones hospitalarias y el uso adecuado de paquetes quirúrgicos, entre otros. Dentro de estos factores destacamos dos:
en procedimientos de obstetricia, el nivel de volúmenes de fluidos (entre 1,000 y 4,000 cc, un nivel medio-alto de fluidos) aumenta el riesgo de contaminación. La sangre y el líquido amniótico y las secreciones vaginales son considerados líquidos de precaución universal, esto es, potencialmente infecciosos. Si los profesionales no cuentan con elementos de protección que actúen como barreras efectivas, la infección puede suceder cuando los líquidos corporales de la paciente impregnen su piel y encuentren una herida que le sirva de puerta de entrada para el proceso; también puede suceder, que los fluidos regresen a la incisión de la paciente arrastrando partículas y patógenos presentes en la piel del equipo médico, en su propia piel y en el entorno.
la pérdida de temperatura por contacto prolongado con fluidos en piel o por falta de materiales aislantes en el campo quirúrgico es otro factor de riesgo. Las pacientes obstétricas pueden sufrir de hipotermia por diversos factores clínicos como la vasodilatación producida por el embarazo, la administración de anestésicos y agentes farmacológicos y la pérdida de sangre con la reposición rápida de líquidos durante el parto. También, por la temperatura del ambiente de la sala de partos y la humedad.
Al expulsar líquido amniótico y sangre, la paciente puede mojarse las caderas y las piernas. La humedad no solo la hará sentir incómoda, sino que aumentará el riesgo de hipotermia. Esto sucede con frecuencia en partos de larga duración.
Los campos tradicionales absorben los fluidos y esa humedad, sumada al aire acondicionado de los quirófanos, provocará la pérdida de calor.
Un paquete quirúrgico completo y específico para obstetricia debe contener los elementos que protejan y prevengan la contaminación al evitar el traspaso de fluidos y mantener la temperatura corporal estable. Estas condiciones aseguran una recuperación más segura para la madre y disminuyen el riesgo de infecciones para el bebé y el equipo médico.
La eficacia de los paquetes quirúrgicos de uso único
El volumen de líquidos de precaución universal durante los procedimientos de obstetricia exige control.
Una de las medidas preventivas más efectivas para cortar la cadena de transmisión de posibles agentes infecciosos son los paquetes quirúrgicos de uso único. Estos kits están diseñados para satisfacer los altos requerimientos de seguridad en partos vaginales y cesáreas. Incluyen todos los elementos necesarios, como batas con refuerzos en zonas críticas, cubiertas para la mesa quirúrgica, campos con bolsas recolectoras de fluidos y toallas absorbentes para el bebé.
Estos materiales permiten que los profesionales se concentren en la madre y el recién nacido, sin preocuparse por su protección y comodidad. Al terminar el procedimiento, el tiempo de preparación para la siguiente pacientes será menor. Con una menor incidencia de infecciones, se alivia la carga para el sistema de salud y se disminuyen costos asociados a tratamientos prolongados.
Veamos cómo funcionan los paquetes quirúrgicos de uso único durante los procedimientos de obstetricia:
Durante el parto vaginal, el profesional está expuesto al contacto con fluidos en cada etapa: dilatación, expulsión y alumbramiento. Para reducir el riesgo de infección, el personal debe estar protegido con un equipo que sirva de barrera eficaz: batas largas, protectores oculares, mascarillas y polainas. Es recomendable que las batas sean de un material repelente a fluidos y resistentes a desgarros, reforzadas en el área de brazos, pecho y abdomen. Estas batas brindan protección incluso durante las maniobras, porque impiden el paso de fluidos hacia su ropa y piel, lo que le permitirá estar cómodo y seguro.
Además, la protección de la paciente es crítica para prevenir infecciones. Por eso en partos naturales es importante vestir a la paciente con polainas largas de materiales que no absorban los líquidos. Si los líquidos no pueden traspasar a la piel, disminuye el riesgo de que en su recorrido arrastren partículas ni microorganismos patógenos hasta las membranas expuestas o las heridas.
La sangre y el líquido amniótico deben ser controlados. Los campos deben permitir que los fluidos resbalen y sean canalizados hacia una bolsa integrada al campo y finalmente en un recipiente. Mientras menor sea el contacto de los líquidos corporales con personas y equipos, menor será el riesgo de infección.
Este tipo de control no solo reduce el riesgo de contaminación en el área de trabajo, sino que facilita una limpieza rápida del quirófano, disminuyendo la probabilidad de infección cruzada para la siguiente paciente.
Dado el alto riesgo de ISQ en cesáreas, estos procedimientos de obstetricia requieren paquetes quirúrgicos que brinden aislamiento completo de la incisión y de los fluidos corporales. Para este procedimiento, un paquete quirúrgico ideal incluye:
- Campos estériles con refuerzo absorbente cerca de la incisión quirúrgica y bolsas recolectoras de fluidos, minimizando el contacto de la piel con líquidos amnióticos y sangre.
- Batas de uso único, resistentes a fluidos, con refuerzos impermeable en las zonas críticas del pecho y las mangas hasta el codo, para que incluso cuando ejerce presión los líquidos no traspasen a su ropa y piel.
Lo recomendable es utilizar paquetes quirúrgicos de materiales que garanticen un aislamiento de la herida quirúrgica. Se requiere un material que detenga el flujo de los líquidos para que no traspasen a la piel y regresen contaminados a la incisión. Los materiales que mejor cumplen esta función son los de uso único.
La recomendación es aislar los fluidos de la piel con un material impermeable para que la paciente se sienta más limpia, cómoda y conserve la temperatura en los niveles ideales.
- Campo subgluteal impermeable
- Bolsa recolectora de fluidos
- Polainas ginecológicas de material repelente a fluidos
- Campo impermeable
- Bolsa recolectora de fluidos
La hipotermia del recién nacido se asocia con efectos perjudiciales. El control de la temperatura debe realizarse para proteger su salud. Las toallas para cubrir y secar al recién nacido deben ser suaves para evitar heridas en la piel y absorbentes, de manera tal que eliminen cuanto antes la humedad y eviten pérdida de calor corporal.
Los materiales que mejor mantienen en buen nivel la temperatura de estos pacientes son los de uso único con celulosa. Son los que mejor absorben la humedad y al mismo tiempo son suaves.
Conclusión
La elección de un paquete o kit quirúrgico adecuado mejora las prácticas de seguridad y facilita el control de infecciones asociadas a la atención sanitaria. Invertir en paquetes quirúrgicos de uso único es una medida de prevención efectiva, que protege a la paciente, al recién nacido y al equipo quirúrgico, optimiza los recursos y el tiempo del personal sanitario.
[1] Organización Panamericana de la Salud. Síntesis de evidencia y recomendaciones: directrices para la profilaxis antibiótica y la elección de antisépticos en las mujeres con parto vaginal instrumentado o cesárea.
Se puede ver en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9642820/
Por Katy Schuth B. – Redactora