La incidencia de los paquetes quirúrgicos
en obstetricia
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Los partos en hospitales son la opción más segura para las madres y los bebés, tanto si es vaginal como por cesárea. Sin embargo, prevalece un gran problema: las infecciones.
En el mundo, cada año, ocurren cerca de cinco millones de infecciones relacionadas con el embarazo. Las más comunes son endometriosis (sepsis puerperal), infecciones del sitio quirúrgico, infecciones del tracto urinario, infecciones del torrente sanguíneo e infecciones en heridas.
«La sepsis materna y posparto es más común en los países en desarrollo, pero también afecta a las mujeres en los países más ricos, incluso en los Estados Unidos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades , la sepsis es la segunda causa principal de muertes relacionadas con el embarazo. Entre 2014 y 2017, la infección o la sepsis causaron el 12,7% de las muertes relacionadas con el embarazo en los Estados Unidos. En el Reino Unido, un estudio de 2019 encontró que la sepsis representó hasta el 25% de todas las muertes maternas en ese país»(1).
¿Podría una decisión sobre el paquete quirúrgico que se utiliza cambiar los resultados en los procedimientos de obstetricia para la madre y el bebé?
Qué ocasiona las infecciones durante el parto y la cesárea
Los factores de riesgo de las infecciones asociadas a la atención sanitaria durante el parto son diversos. Incluyen factores socioeconómicos, estado de salud de la paciente, duración del trabajo de parto, preparación preoperatoria, técnica quirúrgica en partos inducidos y cesáreas, número de exámenes vaginales practicados y adhesión a los protocolos de prevención y control de infecciones de la institución, entre otros.
Además, hay dos factores claves, relacionados con los paquetes quirúrgicos que se utilizan en estos procedimientos de obstetricia, que podrían ser la causa de infecciones:
El riesgo de infección por fluidos corporales
Los procedimientos parto vaginal y cesárea suponen un volumen de fluidos entre mil a cuatro mil centímetros cúbicos. Es un nivel medio-alto de fluidos, una fuente importante de contaminación y, por ende, exige control.
Control de fluidos en parto vaginal:
Durante las fases de dilatación, expulsión y alumbramiento de placenta en el parto natural, los profesionales de la salud están claramente expuestos a los líquidos corporales de la paciente. Por lo tanto, una alta protección del equipo quirúrgico es lo más deseable. En muchas ocasiones, estos procedimientos se toman menos de cinco minutos. En todo caso, el profesional debe al menos usar protectores oculares, mascarilla, guantes y bata.
Para los partos vaginales es ideal vestir una bata larga, de un material antifluido con refuerzo impermeable en brazos y pecho y abdomen. Si requiere realizar fuertes maniobras, una bata así será una barrera efectiva al paso de fluidos hacia su ropa y piel, lo que le permitirá estar cómodo y seguro. La bata debe ser de un material que garantice bajo desprendimiento de pelusas, para proteger a la paciente en la etapa final del alumbramiento, cuando debe realizarse la limpieza del útero.
Los propios fluidos corporales de la paciente podrían alcanzar otra herida en la piel, incluso la de la episiotomía. Por eso en partos naturales es importante vestir a la paciente con las polainas largas. Si los líquidos no pueden traspasar a la piel, no habrá riesgo de que en su recorrido arrastren partículas ni microorganismos patógenos hasta las membranas expuestas o las heridas.
La sangre y el líquido amniótico deben ser controlados. Los campos deben permitir que los fluidos resbalen y sean canalizados hacia una bolsa integrada al campo y finalmente en un recipiente. Mientras menor sea el contacto de los líquidos corporales con personas y equipos, menor será el riesgo de infección. Mientras menor sea su presencia en el suelo, camilla, mesas, más ágil será la preparación del quirófano para la siguiente paciente y menor será el riesgo de infección para ella y el bebé.
Control de fluidos en cesárea:
El riesgo de infección en cesáreas se considera alto. Se estima que la infección posparto tiene tres veces más probabilidades de ocurrir después de una cesárea que después de un parto vaginal.
“La infección del sitio quirúrgico (ISQ) es una de las complicaciones más frecuentes después de una cesárea y tiene una incidencia del 3 al 15%. Coloca una carga física y emocional en la propia madre y una carga financiera significativa en el sistema de atención médica. Además, la ISQ se asocia con una tasa de mortalidad materna de hasta el 3%.”(2)
En los procedimientos de cesárea, el riesgo de contaminación es para profesionales de la salud y pacientes. La incisión puede infectarse si no se realizan las tareas de profilaxis correctamente, pero también si los materiales del campo quirúrgico, batas y polainas no son los adecuados.
La infección puede suceder cuando los líquidos corporales que salen de la herida quirúrgica, líquido amniótico y sangre, impregnan la piel de la paciente o del profesional y regresan a la incisión arrastrando partículas y patógenos presentes en la piel.
Lo recomendable es utilizar paquetes quirúrgicos de materiales que garanticen un aislamiento de la herida quirúrgica:
Se requiere un material que detenga el flujo de los líquidos para que no traspasen a la piel y regresen contaminados a la incisión. Los materiales que mejor cumplen esta función son los de uso único.
El riesgo de infección por temperatura
La relación hipotermia/infecciones se ha comprobado en repetidas ocasiones. Esta puede ser la causa de malos resultados en el parto.
Control de la temperatura en parto vaginal y cesárea:
Al expulsar líquido amniótico y sangre, la paciente puede mojarse las caderas y las piernas. La humedad no solo la hará sentir incómoda, sino que aumentará el riesgo de hipotermia. Esto sucede con frecuencia en partos de larga duración.
Los campos tradicionales absorben los fluidos y esa humedad, sumada al aire acondicionado de los quirófanos, provocará la sensación de frio y la hipotermia. La recomendación es aislar los fluidos de la piel con un material impermeable para que la paciente se sienta más limpia, cómoda y conserve la temperatura en los niveles ideales.
Para parto vaginal:
- Campo subgluteal impermeable
- Bolsa recolectora de fluidos
- Polainas ginecológicas de material repelente a fluidos
Para cesárea:
- Campo impermeable
- Bolsa recolectora de fluidos
Así mismo, el control de la temperatura debe realizarse al bebé en el momento de nacimiento para proteger su salud. Las toallas para cubrir y secar al recién nacido deben ser suaves y absorbentes, de manera tal que eliminen cuanto antes la humedad y eviten pérdida de calor corporal.
Los materiales que mejor mantienen en buen nivel la temperatura de los pacientes son los de uso único. Son los que mejor absorben la humedad y al mismo tiempo son suaves porque contienen contienen celulosa.
Los paquetes quirúrgicos de obstetricia
En muchas instituciones en el mundo, incluido América Latina, se utilizan paquetes quirúrgicos de uso único para las cesáreas. Se entiende que se trata de un procedimiento de alto riesgo de infección y que los materiales y procesos de los descartables ofrecen menos riesgos.
Estos paquetes quirúrgicos de uso único son estériles 100% y contienen los elementos necesarios para una cirugía de obstetricia: bata quirúrgica con refuerzos en brazos, pecho y abdomen, fundas, sábanas, cubiertas para mesa, campos quirúrgicos con bolsa recolectora de fluidos y toallas absorbentes.
Paquete quirúrgico
Ginecología:
Obstetricia
Cesárea
UNION MEDICAL
Paquete quirúrgico
Ginecología:
Obstetricia
Parto
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En muchos lugares se asume que los partos, al ser una cirugía limpia, y en muchos casos de muy corta duración, los requerimientos de seguridad para las pacientes y profesionales de la salud pueden ser inferiores. Las cifras, como lo vimos al comienzo, demuestran que el riesgo de sepsis es alto. Por lo tanto, es recomendable aumentar la protección para las maternas con paquetes quirúrgicos de uso único que vengan listos para usar (el tiempo de preparación del quirófano será mínimo) y prevengan infecciones por contacto con los fluidos corporales y pérdida de calor.
Conclusión
Los paquetes quirúrgicos para obstetricia deben resolver bien dos factores de riesgo de infección asociadas a la atención sanitaria: el contacto con fluidos corporales y la temperatura de los pacientes. Los paquetes quirúrgicos de uso único son los recomendados porque impiden la penetración de fluidos previniendo infecciones en el paciente y los profesionales de la salud.
Por Katy Schuth B. – Redactora