Impacto ambiental de las telas en el sector sanitario:
¿cómo lograr sostenibilidad?
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En clínicas y hospitales, la elección de materiales para ropa quirúrgica y otros productos de tela tiene un impacto significativo. Aunque tanto las telas tejidas como las no tejidas presentan ventajas y desventajas, son las acciones de los proveedores las que pueden marcar la diferencia en cuanto a sostenibilidad.
¿Es posible lograr la eficiencia médica y la sostenibilidad ambiental en los entornos sanitarios? Ambos objetivos no deberían ser contrapuestos. Se requiere garantizar la seguridad y la higiene en los procedimientos y, al mismo tiempo, mitigar el impacto ambiental de la operación y de los residuos. Sin embargo, sí hay debate. Uno de los más relevantes es la elección entre telas no tejidas y telas tejidas para uso médico.
Lo materiales de uso único (no tejidos) ofrecen varias ventajas, en especial una innegable: son más resistentes a fluidos que las telas tradicionales lo que reduce el riesgo de infección por contacto y, justamente por ser descartables, ofrecen menor riesgo de contaminación cruzada. Por eso son reconocidas en el mundo, se las considera más seguras, con mejor capacidad de barrera, para proteger al personal sanitario y para prevenir infecciones en los pacientes. Sin embargo, su fabricación, contiene plástico, y esto plantea interrogantes sobre su contribución a la crisis ambiental. Este desafío no es exclusivo de las telas no tejidas: los plásticos desempeñan un rol fundamental en el sector salud. Jeringas, empaques de seguridad, bolsas de suero y dispositivos médicos de alta precisión han salvado millones de vidas gracias a la durabilidad, asepsia y versatilidad de los materiales plásticos.
¿Es posible que las empresas proveedoras de estos materiales se comprometan genuinamente con la sostenibilidad, a pesar de la naturaleza plástica de sus productos? La respuesta está en las acciones que realizan para evidenciarlo: iniciativas que incluyan, por ejemplo, reciclaje, reducción de huella de carbono y educación ambiental para sus clientes. Este artículo explora cómo encontrar un equilibrio entre la eficacia operativa y la responsabilidad sostenible, con soluciones innovadoras para la industria de la salud.
Telas tejidas vs. no tejidas: un análisis esencial para el sector salud
La elección entre telas tejidas y las de uso único en el entorno sanitario no puede ser solo una preferencia o un asunto de precio. Es una decisión estratégica que afecta tanto la seguridad del paciente y del personal sanitario como la sostenibilidad ambiental, la productividad y la rentabilidad de las instituciones. Entender las diferencias que implica el uso de uno u otro material es clave para equilibrar eficacia operativa y responsabilidad ambiental.
Ventajas operativas de las telas no tejidas
Las telas de uso único para el sector sanitario se destacan por ofrecer una serie de ventajas funcionales y operativas en lo que respecta al tema de la sostenibilidad.
Prevención de infecciones
El material de la tela y la estructura del tejido explican la efectividad del uso único. Se trata de fibras desordenadas que no muestran un esquema de filas o columnas, ni poros. Esto es clave, porque es esta característica la que no favorece que los líquidos se rieguen y traspasen la tela. El resultado es que se convierte en una excelente barrera contra los fluidos corporales y otros materiales potencialmente peligrosos, usuales en el ambiente sanitario, y los profesionales de la salud permanecen seguros y tranquilos en su trabajo. Además, previene la transferencia de microorganismos desde la piel del personal y la de los pacientes. La prevención de infecciones es un asunto que afecta la salud global, los ODS, la interacción social y la economía.
Producción más ecológica
La producción de telas no tejidas es un proceso generalmente simple: se trata de la unión de fibras por métodos mecánicos, térmicos o químicos. Es un proceso corto y se considera menos intensivo en uso de energía que los de las telas tejidas porque elimina las etapas de gran consumo energético (hilado y tejido), que requieren maquinarias de gran envergadura. Algunos procesos en la producción de telas de uso único necesitan poca agua.
Menor carga logística
Las telas no tejidas son más livianas, lo que reduce los costos y la huella de carbono asociada al transporte. Esto también impacta positivamente en la gestión de residuos, ya que requieren menos transporte especializado.
Ahorro en recursos para el lavado
A diferencia de las telas tejidas reutilizables, las no tejidas no necesitan detergentes, desinfectantes, ni agua ni energía para ser lavadas, lo que representa un ahorro significativo de recursos y una menor contaminación química.
Ahorro en esterilización
Al ser entregadas «listas para usar», la ropa quirúrgica de uso único no requiere ser esterilizada, esto es, no necesita tiempo ni espacio en los autoclaves; tampoco personal para doblar y armar, ni esterilizantes. Esta característica libera cargas para esterilizar instrumental y equipos, aumentando la productividad de la institución.
Facilitan la limpieza del entorno quirúrgico
El uso de ropa quirúrgica descartable especialmente diseñada para procedimientos de alto y medio volumen de líquidos facilita la limpieza y alistamiento de las salas de quirúrgicas. Estos materiales cumplen varias funciones simultáneamente: repelen fluidos y absorben líquidos en ciertas zonas. Suceden entonces menos derrames, lo que implica limpiar y alistar en minutos y usar menos desinfectantes. Esto reduce el desgaste y la necesidad de mantenimiento de los equipos, aumentando su vida útil.
Impacto ambiental: el dilema de los plásticos en el sector salud
Ahora bien, las telas no tejidas son un desafío ambiental debido a su componente plástico, sin duda un factor importante en el debate. Pero creemos que este no es el único elemento por analizar. Es necesario plantearse qué conviene realmente más a cada institución, cómo es posible reducir el impacto ambiental y aumentar la calidad y seguridad requeridas en los entornos sanitarios. Veamos este análisis de cómo compensa uno y otro material su impacto ambiental:
Telas no tejidas
Reciclaje especializado
Pueden reciclarse en productos secundarios, como plásticos industriales, mobiliario urbano o materiales de construcción, evitando que terminen en vertederos.
Eficiencia en la producción y el transporte
Su menor peso reduce las emisiones asociadas al transporte, y su fabricación consume menos energía que las telas tejidas tradicionales.
Eliminación de procesos contaminantes
No requieren agua, detergentes ni desinfectantes para su lavado, evitando la exposición del personal y el medio ambiente a productos químicos dañinos.
Materiales biodegradables y seguros
La incorporación de alternativas biodegradables y compostables minimiza el impacto en la sociedad al reducir el tiempo de degradación de los residuos en vertederos.
Impacto positivo en la salud
Minimizan los riesgos en infecciones nosocomiales tanto para los pacientes como para el personal médico, mejorando los resultados sanitarios y la seguridad en procedimientos críticos. La sociedad estará más segura frente a virus y bacterias resistentes a los antimicrobianos.
Telas tejidas
Reutilización prolongada
Diseñadas para múltiples ciclos de uso, disminuyen la generación de residuos a corto plazo, reduciendo la presión sobre los sistemas de eliminación de desechos.
Durablidad y reducción de la demanda
Al tener una vida últil prolongada, las telas tejidas disminuyen la necesidad de producción constante, aliviando la presión sobre los recursos naturales y la generación de desechos.
Optimización de procesos de lavado
La adopción de tecnologías de lavado eficiente, con detergentes ecológicos, disminuye la exposición del personal y del medio ambiente a químicos perjudiciales.
Uso de materiales sostenibles
El empleo de fibras recicladas o naturales, como algodón orgánico, reduce el impacto inicial de su producción.
Impacto en la salud y la sociedad
Si bien su reutilización exige procesos de esterilización estrictos, pueden presentar riesgos, lo que podría afectar la salud de pacientes y personal médico al aumentar la exposición a contaminates biológicos.
Como se observa, ambas opciones impactan el medio ambiente. Las telas no tejidas son generalmente más eficientes en cuanto a producción (menos energía y recursos), pero presentan un desafío en cuanto a residuos debido a su naturaleza de un solo uso. Las telas tejidas, aunque más duraderas y reutilizables, conllevan mayores consumos energéticos, de agua y químicos, además de costos operativos por el lavado, esterilización y mantenimiento. La clave está en evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios según cada contexto operativo y sanitario, priorizando siempre la seguridad del personal, los pacientes y el bienestar ambiental.
Estrategias clave para la sostenibilidad
Los plásticos han revolucionado la medicina moderna, proporcionando soluciones que garantizan seguridad e higiene para todos. La solución al dilema sobre su impacto ambiental tal vez no sea erradicar su uso, dado su valor insustituible en aplicaciones sanitarias, sino replantear cómo gestionamos estos materiales una vez cumplida su función.
A través de estrategias como el reciclaje especializado y la integración de innovaciones en su fabricación, es posible hoy minimizar su impacto, mientras hallamos nuevos materiales que aporten iguales o mejores características al sector de la salud.
1. Reciclaje especializado
1. Reciclaje especializado
Existen nuevas tecnologías que permiten reciclar las telas de uso único contaminadas y otros productos con componentes plásticos y llevarlos a un nuevo ciclo de producción, como materia prima para una nueva transformación. Empresas como Bertin Tecnologies han implementado tecnologías para el reciclaje de telas de uso único en el entorno hospitalario. A través de sistemas como Sterilwave, los hospitales pueden reciclar ropa de un solo uso en sus propias instalaciones, de manera fácil y segura. Esto contribuye a cerrar el ciclo de vida del producto y reduce la cantidad de residuos que terminan en los vertederos.
2. Uso de energía
2. Uso de energía
La reducción en la uso de energía y la incorporación de fuentes limpias en la producción es una de las estrategias para reducir significativamente las emisiones asociadas a los procesos. Menos luces encendidas, menos aire acondicionado o calefacción, equipos más modernos y un esquema estricto de mantenimiento hacen parte de la estrategia.
3. Reducción de las emisiones de CO2
3. Reducción de las emisiones de CO2
La reducción de la huella de carbono es uno de los primeros compromisos a asumir en los planes de sostenibilidad. Se trata de mirar cómo consumir menos energía y cómo utilizar más las fuentes limpias, reducir el transporte tanto de materias primas, productos y residuos, alentar el trabajo en casa y las reuniones virtuales, compensar las emisiones al apoyar proyectos que cuidan la naturaleza y la sociedad e innovar con ecodiseño. Estos esfuerzos son valiosos. UM, por ejemplo, logró en 2023 ser la primera empresa en Colombia en lograr una certificación CarbonNeutral®.
4. Educación y capacitación
4. Educación y capacitación
Capacitar al personal en las implicaciones que cada uno de nosotros tiene en la sostenibilidad ambiental tanto en el trabajo como en nuestra vida diaria es una de las estrategias que UM más desea. También, la de educar al personal de las instituciones de salud y de empresas con procesos de riesgo biológico en la correcta disposición de residuos, el uso adecuado de elementos de protección personal y la toma de decisiones informadas.
Aplicando la sostenibilidad en el sector salud
La sostenibilidad es un tema complejo en las instituciones sanitarias. No se trata solo del aspecto ecológico o ambiental. Es necesario comenzar con acciones que nos lleven a entornos más saludables para todos, donde la interacción social sea más fluida y fácil y donde las finanzas nos permitan sistemas sanitarios con más cobertura y eficiencia. Presentamos estas tres estrategias, sobre las que tenemos algo de experiencia:
Conclusión
El uso de telas no tejidas en el sector salud no solo mejora la seguridad y eficiencia en los entornos quirúrgicos, sino que también ofrece ventajas operativas y ambientales cuando se gestionan de manera responsable. El desafío no radica en eliminar el plástico por completo, sino en transformar su ciclo de vida a través de un enfoque basado en la reutilización y el reciclaje sostenible, liderado tanto por los proveedores de insumos plásticos como de las instituciones sanitarias.
Profesionales de la salud y administradores tienen la oportunidad de trabajar con proveedores comprometidos, priorizando productos que no solo beneficien a los pacientes, sino que también reduzcan el impacto ambiental, demostrando que la estrategia es cuidar de la salud y del planeta al mismo tiempo.
Por Katy Schuth B. – Redactora