¿Qué ropa quirúrgica comprar
para una clínica nueva?
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La ropa quirúrgica es una decisión estratégica para cualquier institución sanitaria. Se trata de un “insumo” que incide directamente en los resultados sanitarios y económicos, en el bienestar del personal y la reputación de la institución.
Por lo tanto, al evaluar qué adquirir, no se trata solo de materiales, tallas y cantidades. En ese orden de ideas, el ideal es que la institución tome en cuenta qué le conviene más desde el momento de la planeación. Así, entenderá los efectos y los costos de oportunidad de tomar una u otra decisión sobre los campos, sábanas y batas quirúrgicas, así como sobre los sistemas de barrera estéril.
Criterios para definir qué tipo de ropa quirúrgica
Cuando hablamos con las instituciones en proceso de habilitación de servicios de salud sobre la ropa quirúrgica tratamos temas relacionados con la organización, el plan de prevención y control de infecciones, las instalaciones, los equipos y, por su puesto, los servicios que prestarán. Veamos:
El tamaño y capacidad requerida de la central de esterilización depende en gran parte del tipo de ropa quirúrgica a utilizar.
Esterilizar la ropa quirúrgica in situ exige un autoclave de gran tamaño.
Por el contrario, no esterilizar la ropa en la institución libera tiempo de autoclave para equipos, instrumental y otros insumos.
Si la decisión es no invertir en un autoclave de gran tamaño, ni en un espacio muy amplio para la central de esterilización, puede enfocar su atención en comprar ropa quirúrgica de uso único. Recibirá la ropa esterilizada, en empaques seguros y lista para usar.
En relación con los sistemas de barrera estéril, las decisiones buscan obtener calidad al más bajo costo posible. Esto solo se obtiene con envolvederas que permitan una correcta esterilización y que aseguren una alta protección del producto esterilizado en el anaquel para conservar su vida útil y evitar reprocesos.
La ropa reutilizable requiere lavandería. ¿Entregará el proveedor la ropa lavada, doblada, armada y esterilizada? Normalmente, los procesos de doblado y esterilización ocurren al interior de la institución. Por lo tanto, se requiere personal, espacio y equipos para atender los procesos.
Por el contrario, la ropa quirúrgica de uso único se entrega lista para usar y no requiere lavandería, doblado, armado, transporte interno de recogida, esterilización, ni personal calificado dedicado a esas tareas. Estos costos no tienen que agregarse al presupuesto.
Si el paquete quirúrgico viene completo e incluye algunos o todos los elementos complementarios necesarios, ahorrará, tiempo, espacio y dinero. Las compras, el manejo administrativo y contable, así como el manejo del inventario será más fácil. La persona encargada tendrá que procesar un solo paquete y no once o doce elementos que lo componen. En lugar de tener que hacer una solicitud de varios ítems para una cirugía, bastará con decir que requiere el paquete quirúrgico de uso único para el procedimiento específico.
Algo similar sucede con las envolvederas de uso único. Será posible estandarizar los tamaños y resistencias requeridas de acuerdo con los productos que deba procesar. Así, las recompras y el control del inventario serán más fáciles.
Para dimensionar las necesidades, la nueva clínica tiene que calcular el número de cirugías o procedimientos a realizar cada día y multiplicar por cuatro para determinar la cantidad de dispositivos que necesita: el protocolo exige un paquete quirúrgico en sala, uno en transporte, uno en lavandería y uno en esterilización. Además, debe incluir el inventario de seguridad que desee tener para subsanar las pérdidas y roturas. La ropa reutilizable suele manejarse en la bodega, porque requiere mucho espacio de almacenamiento.
El servicio de farmacia es normalmente responsable del almacenamiento de la ropa quirúrgica de uso único, ya que el inventario es más reducido. Se requiere solo un paquete por cirugía (no cuatro) y lo usual será que el equipo quirúrgico no solicite adición de sábanas o campos reusables para obtener una mayor seguridad.
Se observa que la inversión inicial es más alta al comprar reutilizable que uso único.
El proceso de habilitar un nuevo servicio es extenso y a veces complicado. Los responsables deben adjuntar hojas de vida, detalle de las especificaciones de equipos y dispositivos, diseño de los protocolos, entre otros requisitos.
Como la ropa quirúrgica de uso único elimina los procesos de lavandería, esterilización, armado, doblado y transporte interno, reduce los formatos a presentar ante las autoridades sanitarias y, por ende, la información que las autoridades deban revisar.
Las personas contratadas, los procesos y protocolos serán óptimos y la institución tendrá un esquema organizativo más ágil: no será necesario capacitar a muchas personas, auditar ni supervisar esas tareas. Tampoco controlar esos momentos de riesgo de infección.
Por lo general, las nuevas clínicas e instituciones sanitarias desean comenzar con un alto estándar de calidad y mantenerlo en el tiempo para acreditarse bien en el mercado. La seguridad del paciente y el control de infecciones son necesarias para alcanzar ese nivel de calidad de los servicios.
La ropa quirúrgica tiene un papel importante en la calidad. Durante la planeación de la compra, estas son las preguntas a responder:
- ¿Ayuda a controlar los fluidos de los pacientes?
- ¿Disminuye la transferencia de fluidos paciente-equipo médico?
- ¿Agiliza el ingreso de los pacientes a los servicios?
- ¿Protege las camillas y otros equipos?
- Los sistemas de barrera estéril, ¿se comportan como esperamos en la esterilización de los equipos?
- ¿Protegen los productos esterilizados hasta su uso?
Las respuestas deben siempre «sí», de lo contrario, se estará aceptando un costo adicional e innecesario.
- Restablecer un paciente que adquiere una infección asociada a la atención sanitaria supone días de hospitalización, antibióticos de alto valor, personal, exámenes diagnósticos y, en muchas ocasiones, cirugía. Estos deben ser valorados como extra-costos.
- El manejo de un paciente con infección nosocomial impide la entrada de un nuevo paciente, que significará más ingresos para la institución.
- El mantenimiento y reposición de los equipos depende de la cantidad de fluidos y desinfectantes a los que están expuestos.
Las infecciones en el personal implican incapacidades y contratar personas que no tienen el mismo conocimiento de los procesos de la institución, reduciendo su capacidad y productividad.
Al analizar el tipo de servicios que habilitará la institución conviene revisar el riesgo por el volumen de fluidos corporales de los pacientes, las técnicas quirúrgicas y la duración de las intervenciones.
Al obtener una medida clara del riesgo por volumen (alto, mediano, bajo) se definen las especificaciones de la ropa quirúrgica. Si los fluidos son altos, la exigencia de la ropa quirúrgica debe ser de «alto desempeño» para cumplir con la protección del personal y la prevención de infecciones de los pacientes; si es bajo, la especificación será «estándar». Lo esencial es que el material:
- No permita que la piel del paciente se impregne con sus propios fluidos porque puede provocar una infección en sitio quirúrgico;
- Los líquidos no traspasen hasta la ropa o la piel del equipo quirúrgico para evitar que en ese trasegar arrastren bacterias, hongos ni virus presentes en la piel;
- Proteja los equipos, el piso y las paredes y les prolongue la vida útil;
- Agilice las tareas de limpieza y alistamiento del espacio para la atención de un nuevo paciente.
La calidad para las envolvederas se refiere al alto desempeño durante la esterilización (permite a los vapores acceder a todas las partes de los equipos) y, al mismo tiempo, a la capacidad de bloquear el ingreso de líquidos y partículas (polvo, pelos, pelusas) que contaminen los productos estériles y listos para usar.
El peso de la ropa reusable y la de uso único son diferentes. La ropa reutilizable es mucho más pesada y, por lo tanto, podría esperarse que el costo de desecharla sea superior al de uso único. Esta valoración debe hacerse. Muchas instituciones se sorprenden con los resultados.
Además, es importante observar el impacto ambiental, social y económico que ambos tipos de ropa tienen y cómo es posible reducir la huella de carbono, evitar más infecciones y motivar las acciones sostenibles.
Hoy, es posible reducir las batas, campos, sábanas de uso único, junto con mascarillas, jeringas, mangueras, y otros insumos y dispositivos plásticos a partículas listas para ser utilizadas en nuevos procesos productivos.
Se trata de una nueva tecnología, segura, amigable con el medio ambiente, instalada en un espacio reducido dentro de la institución, que inactiva y reduce grandes volúmenes de residuos biosanitarios a gramos de materia prima lista para ser reutilizada en la industria o para valorización energética.
Conclusión
La ropa quirúrgica tiene un rol estratégico en toda institución sanitaria. Una nueva clínica podrá economizar mucho dinero al tomar decisiones sobre el tipo de ropa a utilizar durante la planeación de la organización. Así, podrá observar la incidencia en las necesidades de equipos para la central de esterilización, personal, controles, protocolos, manejo administrativo, calidad y gestión de residuos.
Por Katy Schuth B. – Redactora