Actualizado diciembre 23 – 2025
Revisado abril 11 – 2023
Publicado julio 8 – 2021
Clasificación y gestión de residuos
en instituciones de atención en salud
Tiempo de lectura:
6 min
Presentamos esta guía completa para gestionar residuos en organizaciones especializadas en atención de salud. Una buena separación de los desechos en el sitio donde se originan es la clave para poder generar valor con los residuos y aportar a la sostenibilidad.
La correcta gestión de residuos clínicos es una tarea crítica en la operación de instituciones del área de la salud. Allí donde el control de la contaminación es primordial, un sistema de clasificación de residuos bien diseñado se convierte en un pilar de la seguridad operativa y la responsabilidad ambiental.
En estos ambientes especializados, la implementación de los protocolos establecidos permite pasar de tener un costo operativo a una ventaja estratégica, al generar ahorros significativos y minimizar riesgos de contaminación cruzada que podrían comprometer tanto la seguridad al interior de la organización como la salud pública.
Esta generación de valor solo es posible como resultado de una buena separación de los residuos desde la fuente.
Beneficios integrales de un sistema de gestión optimizado
Una gestión adecuada de residuos ofrece ventajas que impactan directamente en los resultados operativos y de seguridad.
De un lado, un buen manejo de residuos crea barreras efectivas contra la propagación de patógenos peligrosos: disminuyen los riesgos de contaminación cruzada al interior de la institución y de suelos, aguas y otros residuos que pondrían en peligro la salud de la comunidad circundante.
De otro lado, desde la perspectiva económica y operativa, se observan reducciones sustanciales en los costos asociados al transporte y disposición final de residuos y se habilita la generación de ingresos adicionales al entregar a otras industrias material reciclado.
Los resultados se aprecian rápidamente:
Disminuyen los costos del manejo de residuos al bajar el volumen, peso y transporte necesarios para su disposición final.
Se avanza en el esquema de economía circular, entregando residuos como materia prima.
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Se garantiza que, en especial los residuos peligrosos, reciban el manejo adecuado para controlar los patógenos que puedan afectar la salud de la comunidad.
Se crea una cultura a favor del medio ambiente y de todo ser vivo.
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Clasificación de los residuos de entornos con exposición a agentes biológicos
La clasificación de los residuos en hospitales y actividades de atención en salud se basa en su nivel de peligrosidad y la disposición final que deban recibir:

Unos deben ser aislados por ser peligrosos para recibir el tratamiento adecuado y seguro.

Algunos pueden ser aprovechados para reciclaje y reingresarlos a la cadena productiva.

Otros irán a los rellenos sanitarios o similares para disposición final.
Estos residuos provienen de hospitales, consultorios médicos, odontológicos y veterinarios, laboratorios, funerarias, bancos de sangre y tejidos y centros de investigación biomédica.
Se dividen en no peligrosos y peligrosos:
1) Residuos no peligrosos:
Esta categoría está compuesta por todo lo que descartamos en nuestra actividad cotidiana y laboral y que no representa riesgo biológico para la salud ni el medio ambiente.
Los residuos no peligrosos se clasifican en dos categorías:
A. Aprovechables:
estos son los desechos que podemos reciclar, reutilizar o biodegradar. Se trata de materiales que pueden ser aprovechados como materia prima para la producción de otros bienes, tales como los envases PET, los frascos de vidrio o los productos de papel reciclado. También, se incluyen los residuos que podemos aprovechar para abono.
Atención:
los residuos alimenticios, como hortalizas, frutas y verduras, que puedan ser aprovechados para compost, deben ir en recipiente aparte para no ensuciar los materiales que se quieran reutilizar, como papel, plásticos o cartones.
B. No aprovechables:
estos residuos no son reciclables ni biodegradables. Los llamamos también ordinarios. Como no tienen posibilidad de un segundo uso pasan a disposición final en rellenos sanitarios o similares.
Atención:
los alimentos que han sobrado de la atención a un paciente del que se tiene diagnóstico o sospecha de una infección no deberían ser utilizados para el compós ni ser entregados como residuos ordinarios para disposición final en rellenos sanitarios o similares. Debe diseñarse un protocolo especial para su manejo.
2) Residuos peligrosos:
Se considera residuo peligros todo elemento que al ser eliminado constituye un riesgo para la salud humana y el medio ambiente. Para determinar si un residuo es o no peligroso se creó el código CRETIVER (antes Cretib). Un residuo es peligroso si cumple por lo menos con una de estas características (cada letra representa una característica):
Hablamos de sustancias, materias, equipos, ingredientes, envases, empaques, envolturas y materiales que tuvieron contacto con algún elemento contaminante y peligroso.
Atención:
para el caso de instituciones con contacto con agentes biológicos, ningún residuo que haya estado en contacto con fluidos corporales o con material orgánico puede disponerse como residuo no peligroso. Esta distinción es de suma importancia. Todo residuo contaminado puede continuar contaminando a otros y causar un problema de salud pública.
Es posible discriminar estos residuos así:
A. Residuos de riesgo biológico:
Se trata de un grupo de residuos que pueden causar daño a otros seres vivientes o al medio ambiente. A esta clasificación pertenecen estos residuos:
B. Residuos radioactivos:
Se trata de aquellos residuos generados en procedimientos que utilizan radionucleidos, porque pueden contener o estar contaminados con material radioactivo en concentraciones superiores a los límites establecidos. Requieren un manejo, almacenamiento y disposición final en recipientes especiales diferenciados hasta su decaimiento o gestión como residuo radiactivo.
Son materiales utilizados en medicina nuclear, radioterapia, investigación para diagnósticos y en terapias, que incluyen agujas, jeringas, gasas, torundas, guantes, pañales, llaves de tres vías, extensión de venoclisis, papel absorbente, etc.
C. Otros residuos peligrosos no biológicos:
En este gráfico se observa la clasificación y cómo separar en la fuente los residuos en estas instituciones sanitarias en Colombia:
Estrategias de implementación para entornos de alta exigencia
La implementación exitosa en instituciones de salud, entornos críticos y asistenciales comienza con programas de capacitación continua que trascienden la formación básica: el proceso implica animar a todas las personas que trabajan en la organización a seguir las instrucciones y capacitar en la importancia de entender y aplicar la clasificación.
Estos programas deben incorporar simulaciones específicas de los procesos reales de generación de residuos, considerando escenarios como cambios de línea de producción, limpieza profunda de salas blancas y manejo de descartes de productos especializados.
La infraestructura requerida en estos entornos exige recipientes con especificaciones técnicas superiores, incluyendo sistemas de cierre hermético para áreas críticas y materiales compatibles con procesos de descontaminación agresiva. La distribución espacial debe optimizarse para minimizar el movimiento transversal de residuos a través de zonas limpias, estableciendo puntos de recolección en transiciones entre clasificaciones de sala.
La comunicación visual debe ser clara y atractiva empleando los mismos códigos de colores, pictogramas y formatos documentales del sistema de calidad.
Las rutas de recolección deben diseñarse con el fin de minimizar el riesgo de exposición y contaminación cruzada. El ideal es que sean exclusivas, claramente señalizadas y diferenciadas del tránsito de otras personas, visitantes y alimentos. Puede pensarse incluso en utilizar horarios diferenciados para evitar coincidir con ciclos de producción, entrega mercancías o atención sanitaria.
Los cambios de turno en estos entornos exigen sistemas de transferencia de responsabilidad documentada.
En contingencias, los protocolos deben prever el manejo seguro de volúmenes extraordinarios de residuos potencialmente contaminados, manteniendo siempre la integridad de las barreras de contención primarias y secundarias.
Conclusión
La adecuada clasificación de los residuos es una etapa crítica en la gestión de residuos para reducir el riesgo de contaminación cruzada, exposición a materiales peligrosos y cuidado de la vida y el medio ambiente. Entrenar al equipo de trabajo en la identificación de los residuos y en cuáles recipientes deben ser desechados es parte fundamental del éxito de la estrategia.
Por Katy Schuth B. – Redactora





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